El Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Fundación Juana de Vega han concluido la primera fase de un estudio que se ha prolongado durante los últimos cinco años y que ha conseguido identificar hasta veinte variedades autóctonas en Galicia, únicas en el mundo. De todas ellas, un total de once tienen interés comercial por lo que el CSIC ha iniciado el proceso de registro para que sean reconocidas oficialmente a nivel internacional como únicas y diferentes a todas las existentes.
Seguidamente y en colaboración con la Xunta de Galicia, se completará el proceso de certificación de varios clones de cada una de estas variedades.
El valor científico de este trabajo de investigación es amplio: descubre variedades desconocidas hasta ahora, amplía la diversidad del patrimonio agrario común existente, evidencia que estas variedades están asociadas a una zona de clima húmedo - por tanto muy diferente al resto de las zonas olivareras del resto de la península Ibérica y de Europa - y que hacen de Galicia la zona olivarera más occidental del continente; y abre un amplio campo de investigación para otros grupos, no solo de la Ciencia sino también de las Humanidades.
Carmen Martínez Rodríguez, jefa del grupo de Viticultura, Olivo y Rosa de la Misión Biológica de Galicia ha explicado que "aunque todavía puede aparecer alguna otra variedad autóctona y se seguirá estudiando, se ha recogido prácticamente toda la variabilidad olivarera existente en Galicia.
Llegados a este punto, es el momento de abordar otras fases del trabajo, como la multiplicación de planta de estas variedades a gran escala, el estudio de su comportamiento agronómico en diferentes zonas de Galicia, así como las características de los distintos aceites producidos. Sus resultados permitirán constituir un sector olivarero sólido, capaz de ofrecer al mercado un producto diferenciado y de alta calidad".
Los detalles de este trabajo se mostrarán ampliamente en la jornada técnica que se ha previsto para el próximo jueves 24 de marzo en las instalaciones de la Misión Biológica de Galicia ubicadas en Salcedo, Pontevedra. Las personas interesadas en participar se pueden inscribir en la web de la Fundación Juana de Vega.
El CSIC y la Fundación Juana de Vega han financiado este trabajo con un importe superior a los 300.000 euros durante los últimos cinco años. Durante este tiempo, así como en el futuro inmediato, los investigadores trabajan en colaboración con olivareros a través de la Asociación de Productores de Aceite e Aceituna de Galicia y con viveristas a través de la Asociación de Viveristas del Noroeste.