Abordan la "corrupción e impunidad de Juan Carlos I" y la relación Iglesia-dictadura en las Jornadas de Memoria Histórica

Pontevedra
27 de noviembre 2021

El segundo día de conferencias de las ‘III Jornadas Contra la Impunidad’ organizadas por el departamento de Memoria Histórica de la Deputación tuvieron este sábado como protagonistas a corrupción e impunidad de Juan Carlos I, la relación de la iglesia y el franquismo, así como la lucha vecinal contra el expolio de los montes comunales que pretendía el régimen, además de un coloquio en el que se habló sobre la recuperación de Meirás y del ‘cortijo’ de Gamboaz en Andalucía en un proceso similar al gallego

Jornadas de Memoria Histórica
Jornadas de Memoria Histórica /

El segundo día de conferencias de las 'III Jornadas Contra la Impunidad' organizadas por el departamento de Memoria Histórica de la Deputación tuvieron este sábado como protagonistas la corrupción e impunidad de Juan Carlos I, la relación de la iglesia y el franquismo, así como la lucha vecinal contra el expolio de los montes comunales que pretendía el régimen, además de un coloquio en el que se habló sobre la recuperación de Meirás y del cortijo de Gamboaz en Andalucía en un proceso similar al gallego.

La jornada comenzó con la intervención de la profesora y escritora Rebeca Quintáns, autora de la biografía no autorizada del rey emérito 'Juan Carlos I. La biografía sin silencios', quien dijo que "la monarquía en España tiene mal salvar por su desprestigio" y "no la salva ni dios". Subrayó que la relación con la dictadura fue muy íntima e hizo un repaso de todos los supuestos delitos y faltas no investigados ni juzgados cometidos por Juan Carlos I.

Según Quintáns el emérito pudo cometer 'rebelión y alta traición' por su implicación en el 23F a pesar de que muchas personas creen que su actuación sirvió para "salvar la democracia". También lo relacionó con 'delitos de sangre', la muerte del su hermano, y también a de una de sus amantes que quedó embarazada y sorpresivamente falleció cayendo de un balcón mientras regaba las plantas.

Puso sobre la mesa la 'malversación de fondos públicos' por recibir dinero en B de los fondos del Estado, así como por pago de chantajes a cambio de silencio por las acusaciones de Bárbara Rey, y también por los pagos de alojamientos y gastos de Corinna, dos figuras que lo denunciaron por 'amenazas y acoso'.

Hizo especial hincapié Quintáns en el capítulo de 'tráfico de influencias' y destacó el cobro de comisiones ilegales que comenzaron antes de morir Franco por el petróleo y siguieron por la venta de armas. También subrayó la 'evasión fiscal y blanqueo' que se juzga en Suiza y que la Fiscalía española va a archivar. Finalmente, y además de los presuntos delitos, nombró también los hijos no reconocidos y las "amistades peligrosas" con empresarios condenados por corrupción, relaciones que continúa -según subrayó- Felipe VI.

IGLESIA-DICTADURA

Por su parte, el catedrático Xosé Ramón Rodríguez Lago hizo en su intervención un recorrido por las diferentes relaciones entre la iglesia y los diferentes estados que se dieron en España, así como una valoración del que supone la iglesia española dentro de la globalidad mundial, rebajando tópicos y subrayando las complejidades.

Partiendo de esa base, Rodríguez Lago indicó que la iglesia es una "experta en supervivencia" que supo adaptarse a los tiempos que le tocó vivir y que se alió al franquismo por su propio interés, identificándose con los sublevados en el momento de la guerra civil y haciendo valer el relato de la cruzada para salvar el cristianismo, identificando ser "buen español" con ser católico y tradicionalista. 

Hablando de la identificación y legitimación del régimen con la llamada cruzada, recordó que el primer obispo que utilizó el término en un discurso para justificar el golpe y la guerra civil fue el Arzobispo de Santiago en agosto del 36.

Fue un hecho que hizo que Galicia sentara un precedente en la construcción del relato franquista por ser una de las zonas más rápidamente dominadas por el ejército franquista y por lo tanto, importante para la construcción de un estadoque en aquel momento no existía, ya que aún era una gran incógnita quien iba a ganar la guerra.

El profesor subrayó que el discurso de cruzada por parte de la iglesia fue muy importante no solo para justificar la guerra en el exterior ante los católicos del resto del mundo, incluidos los de las democracias, sino para justificar el peso del catolicismo en el nuevo estado, porque lo que temía una parte del catolicismo era que el nuevo estado siguiera el modelo alemán o italiano y fuera un estado fascista alejado de la religió.

"La cruzada no solo sirve para legitimarse ante lo exterior, sino para legitimarse en el interior dentro del estado y decir que esa era una guerra por el catolicismo, no una guerra por el fascismo, una idea que aún permanece hoy en día en muchos sectores", ha destacado.

Según el profesor, la iglesia fue una de las esferas que tuvo independencia propia durante el franquismo -igual que la Falange o el ejército-, ya que podía destinar los fondos que cedía el régimen sin tener que rendir cuentas ni dar explicaciones sobre sus gastos. "Esto sorprende como mínimo" en Europa, recordó, ya que no hay pago de impuestos por Patrimonio ni IBI y eso bien hoy del franquismo.

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La profesora de la USC Araceli Freire explicó en su conferencia 'Resistir, sobrevivir e loitar polo común nunha longa noite de pedra' como el vecindario de Galicia fue capaz de paralizar el proceso de expoliación de los montes vecinales en mano común por parte del franquismo. 

Destacó que la actuación del pueblo, inicialmente pasiva y luego activa, comenzando con instancias de carácter administrativo, luego pasando por vía judicial y finalmente por la vía violenta consiguió que los montes fueran devueltos a la gente con el paso del tiempo, "si bien es cierto que nunca pudieron recuperar la productividad del monte tal y como se venía realizando anteriormente, por lo que fue un proceso agridulce".

Puso sobre la mesa que el campesinado y el rural gallego se levantó, convirtiéndose en un referente ante el régimen sin pretenderlo, porque le afectaba a su supervivencia, porque estaban quitándoles una propiedad que era privada asignándola en propiedad a los ayuntamientos.

"Les restaban aprovechamientos porque ellos en el monte hacían pastoreos, recogida de frutos silvestres, caza, tenían múltiples aprovechamientos que luego quedan inhabilitados en el momento que la gestión del monte pasa a Patrimonio Forestal del Estado, el organismo franquista", apuntó.

Freire puso ejemplos y mostró documentación de lo sucedido en muchas localidades gallegas donde las mujeres se lanzaron delante de la maquinaria agraria para que los forestales no pudieran entrar en el monte. Mujeres porque el discurso del régimen decía que ellas tenían que ser las garantes de la supervivencia del núcleo familiar y cuando iban a los juicios por enfrentarse a los guardias forestales por agredirlos con piedras y palos tenían un argumento fuerte: defender la supervivencia de sus familias. 

La profesora trasladó estos hechos lo ocurrido en la ría de Pontevedra con la instalación de la Celulosa, un tema muy vinculado con el que ocurría en los montes, porque el aprovechamiento forestal que pretendía el régimen tenía que tener salida.

"Cuando tenemos madera la hay que poner en producción. ¿Cómo? Pues con el establecimiento de la Celulosas. ¿Y que hizo eso? Pues que se abandonara otro de los recursos fundamentales para la supervivencia de las mujeres y de los grupos familiares que era el marisqueo", explicó.

Recordó también la diferencia en el juego de fuerzas en los enfrentamientos entre las mariscadoras y la Infantería de Marina, que usaba los cañones para bombardear a estas mujeres "cuando simplemente estaban arrancando las balizas para que no se pudiera iniciar los trabajos de construcción de la Celulosas".

El CASO GAMBOGAZ EN ANDALUCÍA: UNA RÉPLICA DE MEIRÁS

En la última sesión de la mañana en las Jornadas Contra la Impunidad tuvo lugar una mesa redonda bajo el título 'Cuando la herencia es la memoria' en la que participaron figuras que fueron herederos de personas víctimas de la dictadura pero también muy significados en su lucha pública por la memoria.

Fueron Carlos Babío, autor de 'Meirás: un pazo, un caudillo, un expolio', que hizo un recorrido por ocurrido con el pazo gallego; Susana Sánchez Aríns, autora de 'Seique' y Paqui Maqueda, presidenta de la asociación andaluza 'Nuestra Memoria' e integrante de la Plataforma Gambogaz.