Carmen Fouces: "Es muy tentador recortar en servicios sociales. A la Xunta en algún momento tendremos que decirle basta"
Carmen Fouces asumió los servicios sociales municipales en una época, reconoce, nada fácil. "Es una responsabilidad dura", explica. Con la crisis, muchas familias miran hacia la administración para que le resuelva problemas vitales y necesidades básicas. "Y recibimos una aportación económica cada vez más raquítica e insignificante por parte de la Unión Europa, el Estado y la Xunta", lamenta, administraciones con competencias en bienestar social.
Su máxima preocupación, dice, son los ciudadanos que acuden a los servicios sociales en busca de ayuda, porque "estamos sufriendo y padeciendo con ellos la impotencia de no poder llegar a todas las demandas que nos van requiriendo", Ante esta situación, que no duda en calificar como "tremendamente difícil", insiste en que "hacemos lo que podemos y utilizamos las medidas más imaginativas". Pero eso no le impide preguntarse "como sería esto en época expansiva, la cantidad de cosas que se podrían hacer".
Llegarán casos verdaderamente dramáticos a los servicios sociales. ¿Hay muchas familias pontevedresas en riesgo de exclusión social?
Yo creo que en este momento colectivos en riesgo de exclusión somos todos. El perfil está cambiando totalmente. Están llegando a los servicios sociales personas que viven en nuestras casas y en nuestros edificios. En cualquier momento puede pasar cualquier cosa que nos lleve a esa situación, porque nos están sorprendiendo continuamente con medidas de recortes y reajustes económicos que quiebran las garantías de estabilidad que creían tener determinados sectores de la sociedad.
Tenemos que estar muy pendientes porque en cualquier momento se puede producir una ruptura social importante. Está subiendo mucho el número de familias con menores que nos piden ayuda. Y es dramático, porque los adultos podemos ir buscando recursos o salidas que puedan ir cubriendo nuestras necesidades, pero los menores tienen unos mínimos que hay que cumplir. En el caso contrario volveremos a tener niños ricos y niños pobres. Algo de eso ya podemos localizar.
¿Le preocupa especialmente algún colectivo?
Todas las personas que llegan a los servicios sociales son atendidos por igual. Pero hay un grupo de población que me preocupa muchísimo que son las personas que fueron autónomos. Estamos notando un incremento importante de ese grupo de personas que cotizaron mucho tiempo, la empresa para la que trabajaban fue a la quiebra y quedaron muy hipotecados. Son la parte más débil de la cadena, porque ni siquiera tienen desempleo y acaban en servicios sociales un porcentaje muy elevado. Eso hasta ahora no estaba pasando.
Normalmente tienen una red familiar que los sostuvo razonablemente bien durante un tiempo pero está comenzando a romperse. Están llegando a los servicios sociales pidiendo ayudas de emergencia, alimentos básicos. Por eso cuando se intenta equiparar el emprendedor al empresario, me gustaría que se tuviese precaución. Estamos hablando de situación desesperadas, de gente que está cansada de estar en casa y que se mete en cosas empujada por la presión y sin apoyos económicos suficientes. Si ese proyecto no va arriba, la situación es dramática. Estamos inflando otra burbuja, la del mal llamado autoempleo.
"A nosotros nos gustaría hacer lo que nos compete hacer. Estamos poniendo mucho dinero en competencias que no son nuestras. Merma mucho nuestra capacidad de trabajo"
¿Y el Concello es capaz de asumir este aumento en la demanda de atención?
A nosotros nos gustaría hacer lo que nos compete hacer. Creo que tenemos dinero suficiente para poder asumir las competencias que nos corresponden. Lo podemos hacer y lo podemos hacer bien. ¿Qué está pasando? Que estamos poniendo mucho dinero en competencias que no son nuestras, lo que merma mucho nuestra capacidad de trabajo. Hay cantidad de cosas que tenemos que hacer y nos vemos muy limitados porque el gran montante de dinero va para asumir responsabilidades de la Xunta o de otras administraciones.
Y vistos los presupuestos de la Xunta, ¿cree que esta situación va a cambiar?
No. La Xunta lo tiene muy fácil. Es muy tentador recortar en servicios sociales. Porque lo que estás colocando son los ayuntamientos delante de los ciudadanos y ellos están parapetados en sus despachos haciendo sus papelitos, jugando con los presupuestos. Ya vendrá el ayuntamiento a solucionarme el problema. Y nosotros tenemos que sacar dinero de partidas propias como el alumbrado, la basura o demás para suplir estas carencias. Es un camino que no sabemos qué retorno va a tener. En algún momento determinado los ayuntamientos nos tendremos que plantar y decir que no podemos asumir más cosas. Ese es un problema gravísimo en estos momentos.
En los últimos meses el Concello viene denunciando la situación de la Unidad Asistencial de Drogodependencias (UAD). ¿Lo enmarca en esta postura del gobierno gallego?
Ese es un ejemplo claro. Lleva 23 años funcionando y empezó con una colaboración estrecha entre el Sergas y los ayuntamientos. La droga, en aquella época, era una lacra social. Había que asumir unas responsabilidades. Pero ahora son centros exclusivamente sanitarios. Todo el sistema es del Sergas. Y nosotros no podemos cambiar nada. Por ejemplo, a mí me preocupa mucho cómo se está disparando el alcoholismo en la ciudad. Pero yo no puedo ir la UAD y decir quiero reforzar el programa de alcoholismo. Tiene que ser el Sergas el que dé esa orden. Nosotros estamos sólo para poner dinero. Ellos tendrán que reestructurarlas como les parezca oportuno, pero nosotros no podemos estar metiendo la mano en el bolsillo permanentemente.
¿Sería el mismo caso, cree, del recorte en los libros de texto o en las ayudas a la dependencia?
Por supuesto. Todo los recortes que están llegando van a repercutir en la gente. Y aún recortarán un 25% más las ayudas. La Xunta cree que son improductivas porque el gasto de gestión es tan inmenso que no controlan si van a las familias que más lo precisan. Están reculando pero por la vía de ir quitando dinero, en lugar de articular otro sistema. Y lo de los libros de texto me parece gravísimo. Es el retroceso más grande de los últimos años. Nosotros sacamos un banco de libros de texto como forma de utilizar aquellas cosas que aún tienen valor. Va más alá de un contexto de crisis, es de sentido común.
"Los presupuestos de la Xunta son tan desesperanzadores que hay que respirar muchas veces antes de tomar una decisión, porque puedes perjudicar a mucha gente"
¿Y hasta cuándo podremos aguantar esta situación social?
Los presupuestos de la Xunta son tan desesperanzadores que hay que respirar muchas veces antes de tomar una decisión, porque puedes perjudicar a mucha gente. En nuestros presupuestos no hay un ápice de recorte en materia social. Vamos a coger ese dinero y seguir trabajando. Pero ellos tendrán que tener cuidado porque esto les puede resultar caro si no miden bien sus fuerzas. ¿Hasta cuándo? No lo sé. Hasta donde podamos, pero llegará un momento que tengamos que decir basta. Habrá que tomar una decisión contundente si no mueven ficha.
Usted habla de la Xunta, pero en las últimas semanas el Partido Popular intensificó las críticas contra su concejalía, especialmente por el funcionamiento del Servicio de Ayuda en el Hogar...
Yo creo que están intentando buscar un hueco a ver si en algún sitio pueden agujerear. Me parece lícito, son oposición y tienen que hacerlo. Pero tienen que ser responsables. Yo, tanto por escrito como personalmente, les dije que tienen toda la concejalía a su disposición. Lo que quieran, lo tuvieron siempre. Y en ningún momento hicieron nada por conocer el servicio, cómo es el contrato, cómo se fiscaliza, cómo se detectan y se solucionan los error, qué expedientes están abiertos... No mostraron nunca el más mínimo interés.
Sólo me preocupa que las personas usuarias sientan la más mínima preocupación. Por ahora no se está dando, saben que tienen un servicio que funciona bien. Están bien atendidos y no tienen problemas. Pero es gente mayor, vive sola, preocupada por su pensión o por el copago sanitario. Que un servicio que le da tanta tranquilidad esté en entredicho, temo que pueda asustar a alguien. La preocupación del PP por el Servicio de Ayuda en el Hogar es el menor de los problemas que tengo encima de la mesa. Ojalá fuera el mayor porque eso significaría que el resto está mucho mejor.
Dentro de este contexto social, ¿qué papel juega la Rede Axuda?
Fue una idea muy sencilla pero que dio un resultado muy bueno. Fue a poner alrededor de la mesa a todas las asociaciones que estaban trabajando en la ciudad e intentar entre todos trabajar con sinergias para no duplicar esfuerzos y cortar, por qué no decirlo, cierta picaresca que había. Estamos ahora trabajando con el protocolo de frío y con la campaña de navidad. Hacemos un trabajo de red, de sociedad. Ese es el núcleo duro de este ayuntamiento, la cohesión social.
La Rede Axuda lleva funcionando apenas año y medio. ¿Esperaba tan buena respuesta por parte de la sociedad?
Es impresionante la respuesta de las personas, tenemos colaboradores permanentes. Incluso gente de fuera de nuestro ayuntamiento. Todos sabíamos que latía por ahí algo que la gente estaba deseosa de encauzar y dimos con la idea. Lo más importante es que llegamos en el momento adecuado los actores necesarios. También tengo que decir que la red es lo que es gracias a los medios de comunicación. No les pedimos que tuviesen un tratamiento más cariñoso, lo hicieron de motu propio. Asumieron que era la forma en la que podían ayudar.
"Muchas de las denuncias que antes iban a los juzgados de violencia contra la mujer, se están tipificando como faltas. Estamos en una situación de retroceso"
No me gustaría acabar esta entrevista sin que hablemos de la violencia de género. Se acerca el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. ¿En qué situación se encuentra Pontevedra con respecto a esta lacra social?
Estamos en una situación de retroceso. Estamos mal porque muchas de las denuncias que antes iban a los juzgados de violencia contra la mujer, se están tipificando como faltas. Se están falseando datos y presentando una supuesta rebaja de casos de violencia dentro del ámbito de la familia, en el domicilio conyugal y dentro de la pareja. Tratan de lavar a cara a unos datos que son vergonzosos. El CIM está detectando esta problemática, encontramos muchos casos.
Tenemos problemas además con la Consellería de Educación para escolarizar a los niños, porque piden una serie de documentación que tiene que aportar el agresor, dejando indefensa a la víctima. O también casi se está incitando a que las mujeres lleguen a acuerdos pre judiciales, bajo amenaza de que habrá bastante severidad juzgando. Debemos analizar profundamente lo que pasa y diseñar una estrategia.
Siempre se dice que la mayor independencia económica de la mujer con respeto al hombre ayudó a que muchas víctimas diesen un paso adelante. ¿Cree usted que la crisis económica ha frenado esa concienciación?
Las mujeres son dependientes económicamente porque son en muchos casos las que sostienen con economía sumergida el entorno familiar. Piensan en el bienestar de sus hijos y pasan por encima del suyo. Pero insisto, lo peor es que aquellas que dan el paso de denunciar, se encuentran con impedimentos legales y judiciales que complican mucho su situación. Y otra problemática que nos preocupa es que la violencia entre los adolescentes está aumentando de forma alarmante. Eso es lo que nos trasladan los profesores. Tendremos que hacer más hincapié en las campañas en los institutos y tratar de atajar ese problema antes de que se eche por tierra todo el trabajo de estos últimos años.