Un pontevedrés reconoce que arrastró a su vecina adolescente a su casa a la fuerza y tapándole la boca
Por Natalia Puga & Mónica Patxot
Un vecino de Pontevedra, Pablo P.L., ha reconocido este lunes que el 26 de febrero de 2021 intentó meter a la fuerza a una de sus vecinas, menor de edad, en su vivienda y tan solo frustró sus planes porque un familiar de la chica lo impidió.
El hombre se sentó en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial este lunes y reconoció los hechos de los que le acusan el fiscal y la acusación particular, que suponen que cometió dos delitos: leve de lesiones y detención ilegal en grado de tentativa.
Por estos hechos, con su conformidad, será condenado a un año y tres meses de prisión, el pago de una multa de 45 días a razón de dos euros diarios (esto es, 90 euros) y e indemnizar a su víctima con 900 euros.
Además, la sentencia condenatoria le impondrá una orden de alejamiento que implicará prohibición de aproximarse a su víctima, al lugar en el que resida, al lugar de trabajo o cualquier otro lugar frecuentado por la misma en un radio no inferior a 100 metros, sí como prohibición de comunicarse con ella, por cualquier medio, todo por un plazo de dos años. Esta medida implicará, de facto, que deberá mudarse, pues el acusado reside en el mismo edificio y la misma planta que la menor.
La Fiscalía pedía inicialmente una pena mayor para el acusado, al que también atribuía un delito de amenazas. Sin embargo, fruto del acuerdo de conformidad, retiró esta acusación. Además, la pena se vio reducida porque le aplicó dos circunstancias atenuantes, drogadicción y reparación del daño.
Los hechos ocurrieron sobre las 17:30 horas del 26 de febrero, cuando la menor, que tenía 17 años, regresaba a su domicilio acompañada de sus dos perros. Pasó por detrás de su vecino para dirigirse a la puerta de su casa y, en ese momento, él "con ánimo de privarle de su libertad ambulatoria", se acercó a ella por detrás, y tapándole la boca con una mano, la arrastró hacia su vivienda.
Tal y como reconoció el acusado, logró introducirla dentro de la vivienda y la tiró al suelo, pero ella logró liberarse de la mano con la que le tapaba la boca y comenzó a gritar pidiendo auxilio. Debido a los gritos proferidos, la pareja de su madre, salió de su casa justo en el momento en que el acusado pretendía cerrar la puerta y logró impedírselo.
El hombre introdujo el pie para impedir que cerrase la puerta, alcanzó a la menor y a los perros y los sacó de la vivienda.
Como consecuencia de lo ocurrido, la chica sufrió una crisis de ansiedad.
La sentencia que dicte la sección cuarta de la Audiencia de Pontevedra ya será firme y permitirá al acusado eludir el ingreso en prisión a cambio de no delinquir durante dos años y de pagar la indemnización a la víctima.