Penas de entre tres y 17 meses de prisión para 13 acusados que confesaron una trama de estafas a aseguradoras
Por Natalia Puga
Penas de entre tres meses y medio y 17 meses de prisión. Esa es la condena que deberán cumplir, por sentencia firme y con su conformidad, 13 de los 20 acusados de una trama que presuntamente estafaron a diversas compañías aseguradoras a través de partes fraudulentos de accidentes de tráfico. El caso tiene su origen en un informe de la Policía Local de Pontevedra del año 2008, si bien todo había comenzado en las graves inundaciones de la comarca de O Salnés de dos años antes, 2006.
El juicio comenzó la pasada semana en la sección segunda de la Audiencia de Pontevedra contra siete de los 20 acusados iniciales, pero 13 de ellos evitaron sentarse en el banquillo de los acusados tras haber aceptado los acuerdos que les ofreció la Fiscalía. PontevedraViva ha tenido ahora acceso a la sentencia que les condena a los 13, que data ya de diciembre de 2020, si bien no había salido a la luz.
La sentencia la dictó la sección segunda de la Audiencia Provincial y afecta solo a estos 13 acusados, mientras que a los otros siete se les está juzgando y el tribunal deberá emitir otra sentencia. A todos ellos los acusa tanto la Fiscalía como las compañías aseguradoras Génesis, Zurich y Axa.
La instrucción judicial de esta causa se demoró más de una década y el juicio se aplazó en varias ocasiones, de modo que el fiscal del caso, Jesús Calles, ofreció a los acusados acuerdos de conformidad que tienen en cuenta la circunstancia atenuante de dilaciones indebidas. Además, a todos se les atribuye la atenuante analógica de confesión tardía y a 11 de ellos también la de reparación del daño. En uno de esos 11, incluso la atenuante muy cualificada.
Todos han sido condenados con su propia conformidad por delitos de falsedad, estafa y simulación de delito y deberán abonar a las compañías aseguradoras las cantidades defraudadas, muchas de ellas ya abonadas antes de que se firmase el acuerdo. Son cantidades que van entre los 1.455,57 y los 34.961,96 euros.
La mayor pena es para los acusados R.C.P. y J.M.G.M., que cumplirán 17 meses, once por un delito continuado de falsedad -y una multa de cinco meses a tres euros diarios- y seis meses de prisión por un delito continuado de estafa agravado por la cuantía -además de multa de tres meses a tres euros-.
Seis acusados, J.G.E.G, J.R.S., J.G.A., J.J.P.R., L.B.O. y N.C.B,. fueron condenados cada uno a seis meses de prisión, tres por el delito de falsedad y otros tres por el de estafa.
El acusado J.C.V. cumplirá nueve meses, tres por falsedad, tres por estafa, uno y medio por simulación de delito y otro uno y medio por intento de estafa.
Para J.A.G.B. la pena es de catorce meses y 8 días por un delito continuado de falsedad en documento mercantil en relación de concurso medial con un delito continuado de estafa.
J.L.U.P deberá cumplir cuatro meses y medio, tres meses por el delito de falsedad y un mes y medio por un intento de estafa.
El acusado P.E.E. debe cumplir tres meses y medio, dos meses por un delito de simulación y un mes y medio por el delito de estafa, si bien podrá sustituir esta última pena por tres meses de multa a tres euros diarios.
La acusada D.Y.D.M. tiene una condena de cinco meses y medio, tres por un delito de falsedad -además de una multa de tres meses a tres euros- y dos meses y medio por un intento de estafa.
Con este acuerdo, los acusados confesaron los hechos, diez incidentes de naturaleza similar. Varios de ellos tienen su origen en las inundaciones ocurridas en la comarca de O Salnés en el mes de noviembre de 2006 y en vehículos que sufrieron tan graves desperfectos que su reparación resultaba excesivamente costosa y sin garantías, por lo que fueron declarados siniestro total y abonados por el Consorcio de Compensación de Seguros al propietario.
Sin embargo, meses después, una empresa compró esos vehículos a los propietarios, los cambiaron de titular y contrataron pólizas de seguros a todo riesgo para el vehículo. A partir de ahí, dieron parte de siniestros que faltaban a la verdad, pues los coches nunca llegaron a ser reparados. A uno de ellos, un Volvo, se le prendió fuego y se mintió diciendo que había comenzado a arder en marcha.
En el caso de uno de los vehículos, un Renault Laguna, meses después, denunciaron que había sido robado y se pidió indemnización por ese robo, cuando en realidad el coche había sido transportado a la ciudad de Oporto en Portugal, donde sería desmontado y vendido para piezas.
En otros casos, los vehículos no resultaron dañados en las inundaciones, sino en otro tipo de accidentes, pero siempre declarados siniestro total y, sin reparar, cambiados de titular para contratar un seguro y luego dar partes fraudulentos. Uno de esos partes simulados fingió que un coche resultó dañado en una tormenta de granizo y pedrisco que cayó sobre la ciudad de Pontevedra en 2018.
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