La sección sindical de la CIG en el BBVA se movilizó este viernes para denunciar los despidos y el cierre de oficinas contemplados en el ERE que la entidad tiene en marcha, y que "afondará na exclusión no acceso aos servizos financeiros da poboación e na destrución de emprego no sector".
Con el lema de "Máis servizos e menos beneficios", llevaron a cabo una concentración delante de la sucursal de la calle García Camba, de 11:00 a 12:00 horas.
El secretario de la sección sindical de la CIG, Miguel Fernández, recordó que el ERE del BBVA supondrá el despido de más 100 trabajadores en Galicia y el cierre de 26 oficinas.
En este sentido, Fernández denuncia que el banco está aplicando los despidos y los cierres poco a poco para minimizar el impacto social del ERE, "e incluso deixando oficinas atendidas por axentes financeiros externos, a empresa bota persoal propio para contratar persoal falso autónomo en peores condicións, para simular que non hai cambios, aínda que no longo prazo acaba cerrando definitivamente as sucursais".
La CIG se opuso desde el primer momento al expediente colectivo (firmado por CCOO, ACB y UGT) "por ser inxusto e carecer de xustificación", toda vez que el banco obtuvo beneficios de 1.200 millones de euros solo en el primer trimestre, que existe una enorme sobrecarga de trabajo en la red de oficinas y que la clientela demanda atención presencial, como evidencian las colas que se forman en las oficinas.
Pero "o BBVA só quere aumentar aínda máis os beneficios e o reparto de dividendos entre os accionistas, reducindo persoal e precarizando as condicións laborais de quen queda, e sen importarlle as consecuencias que os peches teñen para a poboación, que se ve obriga a ter que desprazarse a outras localidades para realizar as operacións bancarias", denuncia la CIG.
"Peches que, xunto á dixitalización forzada da clientela, son utilizados polos bancos para xustificar máis despedimentos", añadió.
El secretario de la sección sindical de la CIG afirma que "a brutal reconversión que está a vivir o sector non afecta exclusivamente ás zonas rurais", sino que "estamos vendo como cada vez máis pechan tamén oficinas nos barrios das cidades, que consideran menos rendibles".
A esto suma Miguel Fernández, la reducción de los servicios de caja y el recorte de los horarios, lo que dificulta aún más el acceso a los servicios financieros para las personas más mayores o las que tienen menos alfabetización digital, "que teñen que recorrer a familiares para poder realizar os trámites habituais e incluso estamos comprobando como aumentan as fraudes".