Un grupo de investigadores del Centro de Investigación Forestal (CIF) de Lourizán, dependiente de la Consellería de Medio Rural, ha colaborado en los últimos días en la evaluación del impacto que ha tenido en el suelo el incendio registrado en agosto en Navalacruz, en la provincia de Ávila.
Desde 2018, el CIF de Lourizán participa en un proyecto europeo con distintas instituciones españolas, portuguesas y francesas mostrando como usar una metodología de acción urgente para la mitigación del riesgo de erosión tras los fuegos.
En esta ocasión supervisaron especialmente las zonas de sierra con alto potencial de aumento del riesgo hidrológico-erosivo, junto con profesionales de la Universidad de Valencia o de la Universidad portuguesa de Aveiro.
Los investigadores de Lourizán mostraron su sistema de trabajo en campo para delimitar las áreas más afectadas, basándose en un análisis del grado de afectación de la vegetación y en el suelo. En esa línea, se localizaron puntos de muestreo dentro del área quemada para validar el daño.
Para lograrlo se emplean habitualmente índices espectrales a partir de satélite, muy útiles aunque no proporcionan información fiable sobre el suelo. Toda vez que este estrato es precisamente lo que puede causar problemas de enterramientos o contaminación en los cursos de agua, las investigaciones del CIF se centraron en estos últimos años en desarrollar un sistema práctico y ágil de evaluación de la severidad del fuego en el suelo que refleje los cambios producidos por este.
Esta metodología de trabajo no existe en otras comunidades autónomas o en otros países próximos con esta misma problemática, de ahí que se solicitara la colaboración de los profesionales del centro pontevedrés.