La viceportavoz del Grupo Socialista Paloma Castro le reclamó hoy a la Xunta en el Parlamento Gallego que desbloquee el dragado del Lérez, pendiente "tras máis dunha década de promesas" por parte del gobierno gallego. La responsable socialista presentó una pregunta en la Comisión de Medio Ambiente en la que le reclamó al gobierno gallego que cumpla con una “deuda histórica coa cidadanía pontevedresa".
Castro advirtió de que "o paso do tempo confírmanos que non existe nin o mínimo interese por parte deste goberno de levalo adiante", después de 3 campañas electorales consecutivas en las que el candidato del PP está prometiendo un dragado que después deja sin ejecutar. Lamentó que el proyecto, que iniciaba su tramitación en 2011, a septiembre de 2021 aún sigue encallado a la espera de nuevos análisis, nuevos estudios medioambientales y supuestos cambios en el proyecto.
La parlamentaria pontevedresa le afeó al gobierno gallego que “fagan un relato interesado, intentando manipular para agochar a súa incompetencia”. Aludió así a la última "excusa" del ejecutivo, que en abril llegó a manipular un informe del Ministerio de Transición Ecológica prohibiendo el depósito de sedimentos de Carril en la Isla de Sálvora para acusarlo de frenar el dragado del Lérez con la que no tiene nada que ver.
Recordó que desde el año 2019 el mismo Portos de Galicia anunció la intención de trasladar los depósitos a un punto de vertido cerca de Sálvora que descartó por el rechazo del sector pesquero y marisquero. Incluso en enero de 2020 el Parlamento aprobó una propuesta socialista para que la Xunta había buscado una alternativa sostenible para el depósito de estos materiales, que un año y 9 meses después siguen sin cumplir.
Mientras tanto, señaló, los sedimentos continúan a acumularse hasta el punto de que prácticamente es posible cruzar el río a pie en diversos puntos y con la marea baja, y el propio Club Naval tiene dos pantalanes inutilizados por mor de los lodos. Acusó al gobierno gallego de llevar años “permitindo o maltrato ao río con total impunidade”, haciendo la vista gorda delante de los vertidos descontrolados demostrándose “alleos á realidade” y aplicando “negacionismo” a la protección medioambiental.