SOS de la familia del marinero retenido en Yemen: "¿Qué clase de gentuza tiene a 30 hombres al borde de la muerte?"
Por Alejandro Espiño
La situación de Pablo Costas, el marinero de Bueu retenido en Yemen desde hace once meses, es ya extrema. Así lo ha denunciado su familia, que exige su inmediata repatriación a España. Lo suyo, aseguran, es un "secuestro en toda regla" y su salud ha empezado a deteriorarse.
La treintena de tripulantes del Cobija, el barco que capitaneaba el marinero gallego, lleva nueve días sin víveres. "Solo se alimentan con agua que tienen que hervir varias veces porque está contaminada y azúcar", relata su hermano, Víctor Costas.
Cuatro de sus compañeros están ya postrados en cama, con mareos y vómitos. "Estamos muy preocupados porque el abandono que sufren es total", señalan sus familiares, que se mantienen en contacto con él a través de audios de WhatsApp.
"Si alguien los retiene tendrán que garantizarles alimentos. ¿Qué clase de gentuza tiene a treinta hombres así, al borde de la muerte?", se pregunta el hermano del marinero, que añade que "nadie tiene derecho a tener a personas en esas condiciones".
Hasta ahora recibían alimentos de la Organización Marítima Internacional y cierto auxilio del armador del barco, pero éste ha desaparecido. "Es todo muy desesperante y agotador", explica Víctor Costas, que denuncia que su hermano es víctima de una "injusticia manifiesta".
El Cobija llegó en septiembre de 2020 al puerto de Al Mukalla, en el sur de Yemen, un país de Oriente Medio que está inmerso en una guerra civil desde hace seis años. Llevaba nueve meses de 'marea' en aguas del Índico y Australia les denunció por supuesta pesca ilegal.
Esa denuncia derivó en un proceso judicial en el que el marinero gallego fue juzgado y condenado a tres meses de arresto. Pero un recurso presentado por el fiscal paralizó el proceso e impide que las autoridades yemeníes permitan a la tripulación abandonar el país.
Pero la familia de Pablo Costas duda de las garantías judiciales de todo este proceso porque "no hay documentos ni fundamentos de ningún tipo" y entienden que si han cometido un delito "tienen que demostrarlo". Lo único que saben es que "los tienen allí, silenciados".
En mayo, hace unos cuatro meses, el marinero de Bueu logró ponerse en contacto con la diplomacia española para pedir su repatriación a España. Pero sin éxito. "Nos dicen que hay tres embajadas trabajando en ello -las de Arabia Saudí, Egipto y Omán-", explica su hermano.
"Lo de las autoridades consulares es muy triste. No han conseguido nada, ni siquiera proporcionarles ayuda humanitaria", lamenta Víctor en nombre de toda su familia. Aseguran sentirse "abandonados" por el Gobierno español. "Ni siquiera nos llaman", apunta.
Desde Bueu, su mujer ha remitido cartas al Ministerio de Exteriores y al Defensor del Pueblo, en busca de un auxilio para su marido que cada día es más necesario que el anterior.
Todo el pueblo se ha volcado con ellos y se ha convocado una concentración para este sábado 28 de agosto, a las 11:00 horas, en la Praza do Concello, para exigir a las autoridades españolas el regreso de Pablo a casa, poniendo fin al auténtico infierno que vive desde hace casi un año.
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