Poio pedirá fondos del Plan ReacPon para la reactivación post covid-19 para mejorar la movilidad en San Salvador

Poio
27 de julio 2021

El Concello de Poio pondrá en marcha una importante actuación de recuperación y humanización de espacios públicos en la parroquia de San Salvador con la que busca impulsar la mejora de la movilidad sostenible, la seguridad vial y la dotación de nuevos servicios en núcleos como Portosanto, Saíñas y A Puntada

Vista general de la zona de Portosanto
Vista general de la zona de Portosanto / Concello de Poio

El Concello de Poio pondrá en marcha una importante actuación de recuperación y humanización de espacios públicos en la parroquia de San Salvador con la que busca impulsar la mejora de la movilidad sostenible, la seguridad vial y la dotación de nuevos servicios en núcleos como Portosanto, Saíñas y A Puntada.

Para poder ejecutar el proyecto, solicitará fondos del programa ReacPon (Reacciona Pontevedra) impulsado por la Deputación de Pontevedra en favor de la recuperación económica y para mitigar los efectos de la crisis derivada de la pandemia de la covid-19.

Así lo acordó este martes la Comisión de Urbanismo, con los votos a favor de los grupos del gobierno local y en contra del Partido Popular.

El concejal de Urbanismo, el socialista Gregorio Agís, explicó que el presupuesto de estos trabajos, que tendrían un plazo de ejecución de cuatro meses, ascendería a más de 900.000 euros. El Concello aportará el 20% del presupuesto y el programa Reacpon el 80% restante.

Agís señala que la actuación va en consonancia con los proyectos que se están tramitando o que ya se impulsaron en otros núcleos del municipio, con los que se busca darle a los espacios públicos un uso plural y seguro, fomentando movilidades alternativas y otorgando prioridad a los peones, al mismo tiempo que se respetan los muros y construcciones tradicionales existentes en estas zonas.

En este caso en concreto, en la memoria del proyecto figura la dotación de una plataforma única, con superficie de piedra, para garantizar la seguridad vial. Se apuesta por reducir la velocidad a 30 kilómetros por hora y se contempla, al mismo tiempo, implantar el sentido único en algunas calles que cuentan con una anchura muy reducida, lo que dificulta, en muchas ocasiones, el tránsito de vehículos y peones. Además, el tráfico en varios lugares estaría restringido a residentes o servicios, con el que se alcanzaría una importante reducción de emisiones de CO2.