Los trabajadores de ENCE han protagonizado este viernes una manifestación por las calles de la ciudad, asegurando estar "en pie de guerra" tras la sentencia de la Audiencia Nacional que ha anulado la prórroga de la pastera concedida en 2016 por un gobierno en funciones y que se prolongaba hasta el año 2073.
"Lo vamos a dar todo en las calles", han advertido en una marcha que estaba convocada previamente a la comunicación de la sentencia pero que cobró mayor importancia para reclamar la continuidad de la fábrica en Lourizán manteniendo los puestos de trabajo.
"Estamos cabreados y tememos por nuestros puestos de trabajo y por el futuro de nuestras familias", señaló antes de iniciar la marcha la presidenta del comité de empresa de las oficinas de Ence en Pontevedra, Ana Cedeira, reconociendo que "es un día complicado" por lo que ha supuesto para ellos el golpe de la sentencia. Eso sí "no está todo perdido", ha afirmado asegurando que recurrirán la sentencia "y llegaremos hasta donde haga falta".
Alrededor de un millar de personas según la Policía Nacional, en su mayoría trabajadores de la fábrica y vestidos con chalecos amarillos, partieron desde la calle Rafael Areses con media hora de retraso sobre el horario previsto para recorrer parte del casco urbano hasta terminar en la Plaza de España, frente al edificio institucional del Concello y con la Subdelegación del Gobierno a un costado.
"La postura está clara y es que somos conscientes de que el traslado no es viable", ha reiterado la portavoz de la plantilla entendiendo que "no hay alternativa" en otra ubicación entre otras cosas por el coste inasumible para la empresa.
Aunque defienden estar "abiertos al diálogo", Cedeira ha defendido que "Ence se tiene que quedar donde está" y que "iremos a Madrid o donde haga falta para pelear por ello", señalando como máximo culpable de la situación a un alcalde de Pontevedra al que "se le van a quitar las ganas de decir públicamente las barbaridades que está diciendo".
La manifestación se prolongó por espacio de una hora concluyendo con la lectura de un manifiesto, el cántico de consignas y la tirada de algunos petardos a su llegada a la Plaza de España.