La pandemia dispara a la salud mental
Por Manu Otero
Ansiedad, problemas de sueño, irritabilidad, depresión... Son sensaciones que, por el ritmo de vida de la sociedad actual, buena parte de la población ha experimentado en algún momento de su vida. Pero han sido los efectos de la pandemia de la covid-19 los que los han descontrolado. Desde el decreto del estado de alarma, las consultas a profesionales de la salud mental se han disparado hasta el punto de que ni el sistema público de salud ni la clínica privada son capaces de absorber toda la demanda.
"La Atención Primaria y el sistema público de salud están muy poco preparados para afrontar problemas de salud mental. La vía de entrada en la salud mental es el médico de Atencion Primaria, que son los que más están percibiendo los cuadros de inicio. En las unidades de salud mental también estamos notando un aumento de la demanda. Pero lo que es increíble es que en la consulta privada, que no había lista de espera prácticamente, ahora la hay de meses e incluso compañeros tienen el cupo cerrado porque no pueden recibir más gente", destaca Laura Pérez Méndez, psicóloga clínica que ejerce en en el centro de salud de Mollavao, en Pontevedra, y que forma parte de la Asociación de Psicólogos Clínicos del Sergas.
La incertidumbre provocada por la crisis sanitaria, social y económica de la pandemia es la responsable de este empeoramiento de la salud mental. "Es una situacion completamente nueva para todo el mundo, afecta a toda la poblacion a nivel psicológico. Es cierto que en los primeros meses afectaba de una forma, luego de otra y ahora de otra", puntualiza la profesional.
En los inicios de la pandemia los sentimientos experimentados por la población era de incertidumbre y temor "porque veíamos que la gente se moría y los hospitales estaban saturados", reconoce Pérez, quien añade que con el paso de los meses el estrés generado ha hecho que los efectos psicológicos de la situación sanitaria acabe afectando a un sector mucho más amplio y generalizado de la sociedad.
No obstante, hay colectivos que lo están llevando peor que otros y entre los profesionales de la salud mental existe mucha preocupación por la situación de los adolescentes. "En el sector de la adolescencia estamos viendo una mayor demanda de atención por trastornos de la alimentación, conductas autolesivas e incluso tentativas autolíticas en gente muy joven. Sospechamos que tiene que ver con esta situación vivida", subraya la psicóloga, quien constata un crecimiento del número de personas "con su salud mental afectada" con respecto a la época prepandémica.
Los casos de ansiedad y depresión son los que más han aumentado, reconocen los profesionales. No obstante, Pérez matiza que "no hay más casos de patología mental grave, sino un agravamiento de esos casos y también más afectación general hasta el punto de necesitar ayuda psicológica y medicación en más población".
Sin embargo, el origen de este empeoramiento generalizada de la salud mental no es culpa de la covid-19. "¿La pandemia ha generado la crisis de la salud mental? No, la pandemia la ha acelerado. La sociedad ya estaba mal antes, pero ahora nos hemos dado cuenta", afirma Iago López Roel, doctor en psicología y especialista en bienestar y rendimiento.
El confinamiento de los primeros meses de pandemia ha servido para que la sociedad bajase el ritmo, se parase a pensar y se diese cuenta de muchos problemas que llevaban meses arrastrando. "Cada uno ha tenido sus propias revelaciones. Hay mucha gente que se ha dado cuenta de que le faltan determinados derechos que podría tener", explica Roel.
La clave para solucionar este grave problema está en la prevención y en la educación. "En las universidades nos han enseñado a todos a curar, no a prevenir. No hay prevención. En los colegios no nos enseñan a gestionar problemas de forma emocional. Además, tenemos unas expectativas y unas creencias sociales que son muy dañinas y que no se curan solo con ir al psicólogo. Hay que tener la salud mental como una prioridad", reclama el doctor.
"La salud física es importante, pero la mental también, te puede llegar a incapacitar sino la cuidas. La gente ve incapacidad mental en quedarte en cama con la luz apagada y en estado depresivo. Pero esa incapacidad la veo también en la baja productividad en todo. En lo laboral y en las relaciones sociales. Si tienes ansiedad, tú puedes vivir y trabajar, pero no lo vas a hacer bien y derivará en rupturas de amistades o de pareja. Existe una incapacidad de la que no nos hemos dado cuenta porque vivimos con el piloto automático", reflexiona López Roel.
La coyuntura laboral tampoco contribuye a mejorar el estado anímico de las personas. "El 30 % de las bajas laborales en España son causadas por el estrés. Y cada vez hay más estudios que revelan que diversas enfermedades por las que cogemos bajas son generadas también por el estrés", puntualiza el psicólogo.
Al margen de la influencia de las exigencias del trabajo, asegura Lópe Roel que "el principal problema son las expectativas". "Estamos desarrollando demasiado la cultura de marca personal y a la larga eso no es bueno. Hay que hacerse notar y tener buena imagen, pero todo el mundo quiere ser protagonista y depender del refuerzo constante de terceras personas genera estrés", añade el psicólogo.
Por ello, los expertos recomiendan un cambio profundo en la mentalidad individual y un análisis profundo en el rumbo que ha tomado la sociedad como solución a largo plazo para los problemas de salud mental. "Tenemos las expectativas muy mal asentadas. Tenemos una idea de mejora constante y esa idea va relacionada con la idea de éxito. Para nosotros éxito es tener una casa, mucho dinero, pareja e hijos", explica Roel.
Sin embargo, la pandemia ha provocado un terremoto en estas aspiraciones. "Se han producido pérdidas de trabajo, de poder adquisitivo y cambios en planes vitales", añade Laura Pérez para justificar esta crisis psicológica. "Estas frases del tipo: lo que no te mata te hace más fuerte o si quieres puedes, son un engaño brutal. Una persona que ha perdido a sus padres, su trabajo y se ha divorciado, ¿va a salir más fuerte? No. Se tiene que adaptar al cambio porque va a tener otro tipo de vida", apunta Iago Roel.
Con todos estos cambios inesperados a nadie le extraña que los individuos precisen atención psicológica y, aunque de forma lenta y tardía, el sistema está empezando a poner los medios necesarios para salir de esta crisis. "Sanidad está haciendo un esfuerzo por empezar a cuidar la salud mental, que nunca ha estado cuidada. Lo que pasa es que contratar ahora a tres, cuatro o siete psicólogos no llegará a ser suficiente ni para lo que hacía falta hace 10 años. Seguimos a remolque. Hay conciencia y presión social para que esto se tenga en cuenta, pero queda mucho camino por andar", reconoce Laura Pérez.
De hecho, el final de la pandemia comienza a vislumbrarse, pero el pico de los problemas de salud mental está todavía por llegar. "Todavía estamos viviendo las consecuencias de la crisis del 2008. Ahora vino esta, que tiene más conescuencias a nivel psicológico. No veo carcana la bajada del pico, quizá lleguemos pronto, pero luego tendremos una meseta, pero para que baje va a pasar tiempo", augura la profesional del Sergas.
En una línea similar se pronuncia el doctor López Roel, que pide a los gobiernos un plan a largo plazo. "Hay que trabajar en la salud mental con un plan a 10 o 15 años. Y centrarse en los niños para que en un futuro tengan una salud mental mejor", concluye.
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