"Hasta aquí". Así ha concluido la rueda de prensa que, por las últimas informaciones relacionadas con la casa del alcalde de Pontevedra, ha ofrecido este jueves el portavoz del PP, Rafa Domínguez, que ha optado por dar carpetazo a esta polémica.
Los populares no acudirán a la justicia en busca de un reproche penal o administrativo para el alcalde ni tampoco pedirán la dimisión de Miguel Anxo Fernández Lores. Eso sí, tampoco dan por buenas las explicaciones del regidor y de miembros de su gobierno municipal.
Domínguez ha señalado que "me creo" que el alcalde solicitó la licencia de primera ocupación para su vivienda "cuando se dio cuenta que no la tenía", pero ha asegurado que el "problema" no es la ausencia de dicha autorización "sino mentir".
"Un error se acepta. Es algo natural. Pero la mentira no", ha reiterado el líder popular, que ha censurado que el BNG haya ofrecido "múltiples versiones" para justificar algo que, a su juicio, está claro: el alcalde debería haber solicitado la licencia en su día y no lo hizo.
Fue una actuación "irregular, ilegal o como lo quieran llamar", ha añadido, que se resolvió 22 años después cuando pidió la licencia para poder hacer una serie de obras en su casa.
Tras insistir en que los técnicos municipales fueron "transparentes" en todo este proceso y que al alcalde "lo trataron como cualquier persona", Domínguez ha indicado que la única irregularidad cometida fue no haber pedido la licencia de primera ocupación.
"La casa ahora es absolutamente legal", ha subrayado el líder popular, que también ha acreditado que "tenía licencia para hacer la casa", que las obras se han ajustado al permiso solicitado o que "no utilizó" a los técnicos y que su caso "fue estudiado igual que otros".
Además, ha querido aclarar que, a pesar de lo que él mismo afirmó hace unos días, la licencia de primera ocupación solicitada ahora por el alcalde "no tardó menos tiempo que otras", sino que siguió el "mismo procedimiento" que el resto y se demoró el tiempo habitual.
Este asunto, ha aseverado Rafa Domínguez, es "desagradable" y entiende que haya "indignado" a muchos ciudadanos "que tienen problemas de urbanismo".
Todo ello lo ha achacado a la "necesidad" de que el Concello "abra puertas y ventanas" para que "transpire" después de "tanto tiempo" de gobierno del BNG.