Día 17 de enero de 2023. Es la fecha en la que el Juzgado de lo Social número 1 de Pontevedra ha citado un vecina de la ciudad para revisar una petición de conciliación laboral que en su trabajo le negaron. Para la fecha faltan un año y nueve meses, pero, cuando llegue el día, habrán pasado más de dos años desde el momento en que formalizó su demanda, el diciembre pasado.
Esta mujer es familia monoparental y tiene dos hijas de 9 y 13 años. Cuando se celebre el juicio, la más joven ya estará cerca de los 12 (los cumple en noviembre), edad máxima en la que le concederían la conciliación.
Esta vecina de Pontevedra es auxiliar de enfermería y trabaja para la administración pública gallega. Pidió a los responsables de la institución en la que trabaja poder tener siempre turno nocturno, pero rechazaron su petición, de modo que en diciembre de 2020 decidió acudir a la judicial.
La sanitaria ha querido denunciar la situación a través de PontevedraViva porque considera que la situación "no es justa", ni por la negativa de la Consellería de Política Social, para la que trabaja, a concederle esta concreción horaria que le permita trabajar siempre en noche ni por el retraso del juzgado. "No sé de quién es la culpa, pero no me parece normal", cuestiona.
Esta auxiliar de enfermería pontevedresa nunca había pedido medidas de conciliación y ahora sí lo hizo porque lo necesita, tiene turno rotatorio y no consigue conciliar las vidas familiar y laboral. Además, insiste en que lo necesita ahora y no dentro de dos años.
En relación con este retraso en la citación para el juicio, inidica que tiene constancia de una compañera destinada en un centro de Ourense pidió la misma medida y se la conciedieron en un plazo de un mes. Ese período sí le parece razonable, pero no el suyo. "Si una persona pide esta medida es porque lo necesita y eso no puede ser", critica.