El Carnaval que no se vive en la calle tomó fuerza en los colegios
Por Redacción
Con seguridad, pero sin perder el espíritu del Carnaval. Así vivieron la última semana los centros educativos pontevedreses, que no quisieron que la alerta sanitaria actual que impidió la celebración de desfiles y fiestas en la calle dejase al alumnado sin celebraciones. Los colegios e institutos organizaron actividades colectivas que llevaron a las aulas a fiesta habitual de la calle.
En el colegio de Ponte Sampaio, el alumnado y profesorado disfrutó del carnaval toda la semana, pero siempre respetando la prevención y el protocolo exigido por la covid-19. De lunes a jueves, tuvieron lugar diversas actividades como las pincomandas (comandas de la mascota de biblioteca), talleres de máscaras de Carnaval, taller de disfraces de Carnaval para el alumnado de infantil y lectura de cuentos, así como la explicación de los distintos carnavales tradicionales de Galicia.
El lunes fueron al cole en pijama, bata y zapatillas. El martes tocó viajar a Escocia y llevar falda escocesa. El miércoles recorrieron el mundo en la búsqueda de las banderas más interesantes, bonitas y vistosas y fueron vestidos de bandera. El jueves era el Día de la Mujer y de la Niña en la Ciencia, fueron vestidos de científicos. El viernes tuvo lugar un festival de Carnaval pandémico con fuertes medidas de seguridad, la tradicional corrida del galo del alumnado de Educación Infantil y una degustación individual los dulces típicos de Carnaval.
En el colegio Inmaculada de Marín la celebración no contó con la fiesta multitudinaria habitual, pero sí con una alta implicación. Tras un año monstruoso, la temática elegida por el centro fue este Carnaval los Monstruos y, por turnos y con un protocolo adaptado a los nuevos tiempos, los alumnos fueron realizando sus bailes y disfrutando del carnaval con mucha marcha.
Además del día típico de Carnaval escolar, este año se propuso cada día llevar pequeños detalles de disfraz para animar un poco más la festividad. El lunes tocó calzado y calcetines de diferentes colores. El martes, una peluca o un sombrero estravagante. El miércoles tocó la elegancia de una corbata o una pajarita. El jueves decoraron la mascarilla y llevaron antifaz. Y el viernes los monstruos aparecieron para finalizar la semana con un poquito de ilusión.
En el IES de Poio, profesorado y alumnado celebraron el Carnaval adaptándose a las circunstancias actuales, que impidieron realizar el tradicional festival, pero no el concurso de disfraces. El alumnado decoró sus aulas y las llenó de espíritu de Carnaval.
Además, a lo largo de la semana, la Biblioteca recuperó la figura del meco, que mandó al alumnado acudir al centro con ropa del revés o con un zapato distinto en cada pie para revolucionar el centro.
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