Agentes de la Policía Nacional realizaban durante este sábado controles de capacidad de personas en los centros comerciales que, desde el 13 de enero de 2020, están obligados a que el número de personas en el interior no supere el 30% de su capacidad total, en los Concellos con nivel máximo de alerta. La intención con estos operativos es evitar las grandes aglomeraciones en estos puntos de venta.
De esta forma, los policías regulaban el acceso en las entradas a los establecimientos y además solicitaban la documentación para comprobar que la clientela de estas grandes áreas cumplía con el cierre perimetral y no había acudido a estos centros saltándose los límites de su municipio.
Estos espacios comerciales deben mantener también clausuradas las zonas comunes y cerrar sus puertas al público a las 21.30 horas, con el objetivo de que se cumpla con el toque de queda establecido a las 22.00 horas, tal y como recogía el Diario Oficial de Galicia publicado el 13 de enero.