Condenado un empresario que dijo a una empleada de 17 años que "la quería para él" y le dio una palmada en el culo
Por Natalia Puga
Un empresario pontevedrés fue condenado al pagado de una multa de 3.240 euros por un delito de abuso sexual por su comportamiento en la sede de su empresa con una empleada de 17 años que en el momento de los hechos trabajaba para él: le dijo expresiones indebidas y le dio una palmada en el trasero.
Una sentencia del Juzgado de lo Penal número 3 de Pontevedra ahora confirmada por la sección segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra considera probado que hizo esta acción "con la intención de satisfacer sus impulsos sexuales" y "sin que mediara consentimiento" de la víctima.
Los hechos ocurrieron, según recoge la sentencia, sobre las 9.00 horas de la mañana de 7 de mayo de 2018 y, antes de darle a palmada, el empresario ya le había dicho "que era atractiva" y "que la quería para él".
Ante estos hechos, el fallo de la Audiencia concluye que el acusado realizó un "contacto corporal no consentido con la chica con un bien claro significado sexual" que también quedó demostrado por las "previas e inmediatas expresiones que le dirigió", con independencia de que se tratara de un tocamiento fugaz, puntual o rápido.
La sentencia le impone el pago de una multa de 18 meses a razón de seis euros diarios (esos 3.240 euros) y, a pesar de que el condenado presentó un recurso, la Audiencia lo desestimó y confirmó los hechos y la sentencia de primera instancia al considerar que la existencia de pruebas de cargo contra él "resulta indiscutible".
Según recoge la sentencia de la Audiencia, a la hora de condenarlo existe en la contra del acusado la declaración de la víctima, Ana y también la de varias testigos, entre ellas, el joven que era pareja de la acosada y a quién ella ya le había comentado "ciertas miradas y gestos que le hacía el acusado".
Además, declaró la madre de la víctima, que la acompañó a presentar denuncia; y dos compañeros de trabajo de la denunciante y empleados del empresario. Uno de ellos reconoció como posible que el día de los hechos ella efectivamente estuviera trabajando fuera de la nave y él y los demás dentro.
El tribunal de la Audiencia Provincial destaca que, a la hora de dictar la primera sentencia, la magistrada del Penal pontevedrés destacó que la declaración de la víctima resultó "persistente en la incriminación" y "con ausencia de posibles móviles espurios en función de las relaciones anteriores -inexistentes-" con su jefe.
Así, segundo destaca el tribunal, la chica fue "bien clara, contundente y persistente" en su testimonio incriminatorio. Relató que el ahora condenado le pidió que saliera del interior de la nave donde estaba trabajando para él, "empezó a decirle qué era atractiva, que tenía un buen cuerpo y un buen culo, y que la quería para él, y le dio con la palma de la mano en el culo".