Los centros deportivos de toda España participarán este sábado en diversas concentraciones simultáneas en ciudades de toda España para reclamar que el deporte sea incluido como un servicio esencial para la salud y como herramienta para combatir el avance de la pandemia de la covid-19.
Promovida por la asociación de Funcional Fitness de España, gimnasios, centros deportivos, entrenadores personales y boxes de crossfit de Pontevedra se desplazarán a Vigo para participar en esta movilización que tiene como objetivo reivindicar que "somos salud física y mental y que somos parte de la solución", declara Luis Lalín, propietario de Crossfit Pontevedra.
El objetivo de este colectivo es evitar que, como ha ocurrido en Cataluña. los gobiernos regionales ordenen el cierre de los centros deportivos con el objetivo de frenar la transmisión del virus. "El porcentaje de contagios en los centros deportivos no llega ni al 1 %", alegan los profesionales, agradecidos que por el momento en Galicia les permitan seguir abiertos.
"Por ahora aquí nos han incluido dentro del ámbito de la salud y nos dejan estar abiertos, pero no sabemos hasta cuando", puntualizan con el temos de que sus negocios no sean considerados seguros. "Por eso es esta reivindicación, para demostrar que somos salud y capaces de cumplir las normativas", insisten.
La mayor parte de gimnasios de la ciudad han tenido que modificar sus rutinas para ofrecer una práctica deportiva individual, con desinfección constante de material y de las salas, con limpiezas generales varias veces al día y con el uso de mascarilla y cumplimiento de la distancia de seguridad. Con estas medidas han logrado reducir al mínimo el riesgo de contagio.
Y la seguridad es todavía más extrema en centros de entrenamiento como el que regenta Lalín. "Somos más seguros porque la actividad se realiza desde principio al final dentro de tu espacio sin interacción entre usuarios ni nadie ocupa tu espacio. En los gimnasios convencionales se mueven más entre distintas estaciones, por eso ellos lo tienen un poquito más complicado", argumenta, antes de explicar por qué son considerados deporte individual. "Nosotros tenemos doce grupos de una persona en un espacio cerrado pero completamente separados. Es como en los bares, que no podía haber más de cinco personas por un espacio, pero en el bar podía haber más de cinco personas", aclara.
Un hecho que demuestra la seguridad de estos centros es la nula transmisión de la covid-19. "Tuvimos solo un usuario positivo", confiesa Luís para detallar a continuación cómo funciona el protocolo de su centro deportivo. "Trabajamos con lista de espera, vimos la aplicacion, avisamos a la gente que estuvo entrenando en el mismo turno y eso que al estar con mascarilla y distancia no eran contacto de riesgo. Aun así se notificó, se hicieron las pruebas y todos dieron negativo", relata con satisfacción una prueba que demuestra que "somos seguros".
No es el único centro en el que los contagios se mantienen a raya. Todos los centros deportivos de la ciudad aplican estrictos protocolos para maximizar la seguridad. Aun así para evitar que los usuarios se relajen, en Gim Sport han adoptado un método tan gracioso como eficaz. Armados con un megáfono, los monitores llaman la atención a aquellos deportistas que momentáneamente incumplen la distancia de seguridad, se bajan la mascarilla o no desinfectan los materiales.
Aun así, al igual que el resto de sectores, el negocio está notando los efectos de la crisis económica derivada de la pandemia. "La gente tenía más miedo al principio. Luego se dieron cuenta de que el deporte les ayuda y tuvimos altas nuevas de personas que nunca habían hecho deporte. Además, al ver nuestra forma de trabajar se sienten más seguros", explica el propietario de Crossfit Pontevedra. Sin embargo, "con el toque de queda volvimos a notar otro bajón", lamenta.
Los efectos son generales. Una muestra es la decisión del gimnasio Rías do Sur que ha decidido cerrar sus puertas por la situación sanitaria de forma indefinida. Otras empresas, como la que gestiona el gimnasio de Campolongo, se han acogido al Erte y aplicado clases virtuales para reducir sus gastos. Por todo ello, este sábado España saldrá a la calle para salvar sus centros deportivos y demostrar que hacer deporte no es peligroso, es parte de la solución.