Muy emocionado, por momentos con la voz quebrada y en otros incapaz de seguir su discurso. Así tomó posesión este sábado Alberto Núñez Feijóo como presidente de la Xunta de Galicia. Era ya su cuarta investidura y podrá pensarse que la experiencia podría rebajar la emoción del acto, pero todo el contrario. El propio mandatario finalizó su intervención pidiendo “permiso e perdón pola emoción” y justificando que “lles podo asegurar que tomar posesión por cuarta vez é máis emocionante que a primeira".
Esa emoción, muy marcada por los “tempos difíciles que nos toca vivir”, fue especialmente evidente cuando se acordó de sus orígenes y de su mentor, el ex presidente Manuel Fraga, y tuvo que interrumpir su discurso cuando confesó que ““nunca esquecerei de onde veño, a familia que me criou e a familia ampliada que hoxe teño”. Casi sin poder hablar, avanzó que “para exercer coa humildade necesaria e, para cumprir axeitadamente co meu deber, sempre terei presente a quen me debo: a Galicia”.
Esta toma de posesión supone abrir para Feijóo su cuarto mandato y el de mayor apoyo, pues en las elecciones del pasado mes de julio logró un respaldo mayoritario de 42 de los 75 diputados en el Parlamento de Galicia. Él lo interpreta como el apoyo que dan los gallegos a una política moderada y estable. ””Galicia acudiu á súa cita con Galicia para enviar unha mensaxe elocuente que se resume en dous principios: moderación e estabilidade”, sostuvo.
El discurso, como suele ser habitual en este tipo de situaciones para Feijóo, mezcló el gallego y el español. Optó por la lengua de Cervantes para dirigirse a la ministra de Política Territorial y Función Pública, Carolina Darias, presente en el acto, a la que agradeció la felicitación de Pedro Sánchez y su compromiso de colaboración. Le avanzó que es mutuo porque la cooperación, que siempre es necesaria, “se ha vuelto imprescindible en la actual situación y la Xunta seguirá siendo una administración leal y colaboradora”.
En esta ceremonia tan distinta también quiso hacer gala de sinceridad y reconoció que se desconoce toda la dimensión de una crisis que modifica el estilo de vida y que solamente se pueden hacer previsiones sobre el impacto que puede llegar a tener en los diferentes sectores económicos y el tiempo que se necesitará para recuperar lo que se pierda. Tras esta confesión, una declaración de intenciones, pues aseguró que ““Galicia non vai ser gobernada polos acontecementos, nin será un espectador pasivo”.
“Actuamos, preparámonos, anticipámonos, cooperamos e podemos estar seguros de que, como noutros momentos da nosa historia, tamén a máis recente, xuntos volveremos superarnos”, defendió, recordando a las víctimas de la pandemia de la Covid-19 y convencido de que más pronto que tarde, "Galicia, como España, como o mundo, vivirá a normalidade sen adxectivos que todos merecermos”.
El acto formal en el que prometió su cargo se celebró este sábado en el Salón de Reis del Parlamento de Galicia con medidas de seguridad estrictas derivadas de la pandemia y no incluyó el acto civil que solía celebrarse en la plaza del Obradoiro. Dentro del Pazo do Hórreo, además, se redujo el número de convidados y los presentes estuvieron repartidos por distintos pasillos y salones, para evitar aglomeraciones. En el salón central, arropándolo, no faltaron sus madre, pareja y hermana, Sira Feijóo, Eva Cárdenas y Micaela Núñez Feijóo.
Las restricciones de la pandemia que redujeron el número de invitados no deslucieron el acto, que en el también estuvo acompañado por el ex presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy; además del actual líder nacional del PP, Pablo Casado; Carolina Darias; el delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada; el alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo; o los presidentes de Andalucía, Juanma Moreno, Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco.
No faltó representación pontevedresa y, además de Rajoy, estuvieron la diputada por Pontevedra y ex presidenta del Congreso, Ana Pastor; la ex presidenta del Parlamento de Galicia, Pilar Rojo; o el eurodiputado Francisco Millán Mon. Además, acudieron los dos portavoces de la oposición en la Cámara gallega, Ana Pontón (BNG) y Gonzalo Caballero (PSOE).