En los últimos años, Ence Energía y Celulosa está reforzando su apuesta por la certificación forestal. Un 82 % de la madera que se procesa en las biofábricas de Pontevedra y Navia (Asturias) dispone de certificación forestal (FSC® Código de licencia FSC- C081854) y cuenta con trazabilidad de gestión.
La gestión de las explotaciones forestales se realiza de un modo respetuoso para evitar cualquier impacto en el terreno y mantener un equilibro en el ecosistema. Sin embargo, en este esfuerzo de preservación ambiental Ence no había reparado en las especies de aves que usan los eucaliptos para anidar. El propio gerente del Grupo Spartana, empresa especializada en el control de aves, mantuvo una conversación con los responsables de la biofábrica que se mostraron especialmente interesados en una problemática que hasta ahora les había pasado desapercibida. De este modo, a través del Plan Social de Ence, el Grupo Spartana está desarrollando un proyecto pionero en Galicia con el objetivo de evitar las talas accidentales de árboles que albergan nidos de aves rapaces.
Hablamos con Manuel Calvo Rey, gerente del Grupo Spartana, para saber ¿en qué consiste el Plan Ence de Protección de Aves Rapaces en Masas Forestales?
Es un proyecto para salvaguardar las nidificaciones de aves rapaces y otras aves sensibles en masas forestales que efectivamente hemos comprobado que, cada vez más, necesitan sitios para anidar. Lo que diseñamos es un protocolo para formar al comprador de madera, al que va antes de los que cortan, para que sepa identificar los nidos, balice la zona cuando localice uno y al llegar las máquinas se encuentren ese balizado y respeten el margen de seguridad. Entre febrero y agosto puede ser que el ave se encuentre en época de cría y, o no se corta, o el rematante decide que, como ahí hay un nido, se cortará a partir del mes de agosto, cuando ya no hay peligro para las nidificaciones.
¿En qué fase se encuentra el proyecto?
Con el covid hemos tenido que cambiar toda la planificación y lo que hicimos este año fue el diseño de las formaciones y preparar todo el material y las redes sociales del proyecto. Lo que es el estudio previo y toda la formación de los trabajadores. Hemos tenido que adaptarla porque, por la situación actual, vamos a tener que hacer la formación online por Zoom combinada con la presencial.
¿A qué personas estaría destinada la formación?
Principalmente a los rematantes, que son los compradores de madera, los que van a hacer la inspección previa, el censo de árboles, la tasación de la madera antes de la corta. Es importante que estas personas tengan la formación adecuada para que identifiquen los nidos. Y después, todos los maquinistas forestales de procesadoras, taladoras, autocargadores... van a recibir una serie de formaciones por si hay algún accidente en el caso de que no se haya detectado un nido, y entonces sepan qué hacer y a dónde acudir.
¿Por qué zonas se va a extender el proyecto?
La idea inicial antes del confinamiento era abarcar toda Galicia, que no lo descartamos para años posteriores, pero ahora nos vamos a ceñir a una serie de zonas en las provincias de A Coruña y Pontevedra, que son las más cercanas y viables.
¿En qué medida la ayuda del Plan Social de Ence es importante para este proyecto?
Sin Ence sería inviable. Como una de mis pasiones son las aves rapaces, la naturaleza, la cetrería... en principio, el objetivo era informar a Ence de esta problemática con los nidos, que ocurre a veces cuando se corta la madera. Y ellos mismos fueron los que dieron un paso adelante y nos invitaron a presentar el proyecto y llevarlo adelante con su apoyo. Dentro del compromiso medioambiental de Ence lo vieron interesante y nos otorgaron la financiación a través del Plan Social.
¿Hay alguna especie de ave que hayáis detectado que tiene preferencia por los eucaliptos?
Lo que hicimos este año fue un estudio de zonas y puntos de nidificación de aves rapaces. Te puedes encontrar aves rapaces tan emblemáticas como el azor, llamado el rey de los bosques, que anida en eucaliptos. Y normalmente cuando hay un nido de azor, relativamente cerca suele haber un nido de gavilán. Otro podría ser el cuervo carnicero, que también está en un estado sensible de conservación. Además del famosísimo, que ahora todo el mundo habla de él por la velutina, el halcón abejero, que las ataca y es una especie migrante que en ocasiones escoge los eucaliptos como punto de nidificación.
Si no protegemos estos nidos ¿qué consecuencias podría tener la reducción de la población de aves rapaces?
Las aves rapaces son piezas fundamentales de un ecosistema. Una sola pareja de lechuzas es capaz de comer 900 ratones en una sola temporada de cría. En Castilla ha sido una de las grandes soluciones que se ha encontrado para el problema de los topillos o para la rata-topo que arrasaba las praderas de la zona central de Lugo. Las aves rapaces cumplen una función básica de agente de control de plagas. Los azores, por ejemplo, son los grandes depredadores de las cornejas, que como todas las especies de la familia de los córvidos (cornejas, urracas, grajas...) son muy perniciosos para los cultivos, levantan los campos de maíz, se lo comen cuando ya está alto, también otros cereales, las uvas... Cuando hay una población estable de azores, la familia de los córvidos está en armonía, nunca se dispara. Y aquí más cerca, en la zona de Pontevedra y O Salnés, el gavilán es uno de los grandes depredadores de los estorninos, que tan perniciosos son durante la cosecha de la uva. Lo que hacen los gavilanes es que dispersan las bandadas de estorninos y así no producen merma en un punto concreto.