Las viviendas de uso turístico registraron un índice de ocupación del 68% en Galicia durante el pasado mes de julio. Los datos manejados por la asociación que representa a los propietarios de este tipo de alojamientos, Aviturga, reflejan sin embargo un porcentaje muy desigual en función de los destinos. Así, mientras hubo zonas de la Comunidad autónoma que rozaron el 80%, la ocupación en las grandes urbes, como Pontevedra, A Coruña o Vigo, se ha resentido de forma evidente.
El índice de ocupación en julio registró un retroceso de 3 puntos con respecto a julio de 2019, mes en el que las viviendas superaron el 71%. Aviturga vincula este descenso con el escaso movimiento registrado durante la primera quincena del mes, muy próxima al inicio de la desescalada y un momento en el que la incertidumbre desincentivó los traslados por ocio o descanso.
Mención especial merece para Aviturga la situación de Sanxenxo, municipio que concentra 1.800 de las más de 11.000 viviendas de uso turístico registradas en Galicia. Desde Aviturga destacan que el destino fue capaz de retener a sus incondicionales y de atraer a nuevos visitantes, aunque desde la asociación matizan que este pasado mes fueron zonas del litoral sanxenxino las que despertaron más interés en los viajeros.
"En general las viviendas unifamiliares, sobre todo si ponen a disposición de los huéspedes piscina u otras prestaciones de ocio sin necesidad de salir de la propiedad, las primeras que se reservan. Esta tendencia es común en toda Galicia y dentro de esta preferencia comprobamos como las zonas rurales, tanto de municipios tradicionalmente visitados como de destinos emergentes, están haciéndose un hueco en el mercado”, explica Dulcinea Aguín.
En este sentido la presidenta de Aviturga ofrece otro dato: La estancia media de los viajeros en destinos turísticos tradicionales no ha superado los 3 días, mientras que los que optaron por viviendas aisladas prolongaron su estancia en el alojamiento a 7 días de media.
Dulcinea Aguín insiste en que Galicia debe aprovechar esta oportunidad y adelantarse a las demandas de los viajeros. "Nuestros asociados tuvieron ocasión de comprobar este mes como sus huéspedes les demandan información del entorno. Incluso los que optaron por destinos de costa buscando disfrutar de la playa, este año complementaron ese recurso turístico con un afán por descubrir nuevas rutas y nuevos recursos”.
En cuanto a la procedencia del huésped de vivienda de uso turístico durante el mes de julio Asturias, País Vasco y Castilla León son las comunidades desde las que han llegado la mayoría, junto a un importante movimiento interprovincial en Galicia. En buena parte de los casos, se trató del primer viaje a nuestra Comunidad, a la que acudieron atraídos por una imagen de escasa masificación, de seguridad y de diversidad turística.
Y aunque la tendencia ya se venía consolidando en los últimos años, este mes de julio se ha caracterizado sobre todo por la reserva de última hora. "Tanto huésped como propietario viven esta insólita temporada de verano muy pendientes de la evolución de la Covid-19, que provoca constantes cancelaciones y reservas de última hora incrementando la incertidumbre general”.
Algo coincidente con el pasado verano es el perfil del usuario de las viviendas para alojamiento vacacional. Se trata de familias integradas por entre 2 y 4 miembros y procedentes sobre todo del territorio nacional. Personas que buscan un descanso basado en la tranquilidad y que valoran especialmente el precio y la comodidad que le ofrece una vivienda de uso turístico frente a un establecimiento hotelero.
La presidenta de Aviturga destaca por tanto la importancia de cuidar los alojamientos y ofrecer una buena relación calidad-precio, factores en los que la asociación lleva tiempo trabajando, así como en la comercialización de las viviendas de particulares a través de la central de reservas, Vitgal.es.