Adrián, un opositor de Torrejón, primer peregrino en estrenar el nuevo albergue post Covid-19
Por Natalia Puga
150 personas aguardaban el 1 de julio de 2019 en la puerta del albergue de peregrinos de Pontevedra para pasar la noche en las instalaciones. Un año y una pandemia más tarde, este miércoles 1 de julio. no había cola tras la puerta ni mucho menos y los hospitaleros que atienden el servicio tuvieron que esperar hasta media tarde para que el primer caminante se aproximase con intención de utilizar una de sus camas para reposar de largo camino.
El que asomó era Adrián Álvaro Sacedo, un joven opositor de 27 años llegado desde Torrejón de Ardoz que no solo se convirtió en el primer peregrino del día sino en el primero en tres meses y medio y el encargado de estrenar y testar el nuevo protocolo de seguridad e higiene implantado por el albergue para adaptarse a las nuevas circunstancias de la crisis sanitaria y evitar contagios.
El albergue pontevedrés, como el resto de instalaciones públicas de Galicia, abrió sus puertas este miércoles por primera vez desde la declaración del estado de alarma y Adrián confirma que lo hizo con estrictos protocolos de seguridad que hacen que la experiencia sea "un poco incómoda", pero una incomodidad que se lleva muy bien y que agradece, pues "es por el bien de todos". (Consulta aquí las medidas de seguridad).
Comenzó su camino en Tui el martes y tuvo que pasar dos noches en albergues privados porque los públicos -y no todos- no abrieron hasta este miércoles. Esta circunstancia, además, cree que influye en el escasísimo número de caminantes que se ven por la ruta. Tan sólo se cruzó el martes con una persona y este miércoles, en su segunda jornada de recorrido, con otras dos, dos vecinos de Tui que también pasaron la noche en Pontevedra, pero no en el albergue.
Esta es la segunda ocasión en la que este joven de Torrejón hace el camino. La anterior, hace diez años, fue totalmente diferente. Había optado por el Camino Francés desde Palas de Reis con un grupo de amigos y, al llegar a Santiago, no le dieron la Compostela porque solo había hecho 97 kilómetros. Este julio sí sumará más de 100 y confía en irse para casa con la credencial.
De todas formas, no es su máxima aspiración, sino que le mueve cumplir un deseo que hacía tiempo que tenía pendiente. "Soy opositor a profesor de Biología y pensaba venir después de la oposición. Si aprobaba, para dar las gracias y si suspendía, para resarcirme y olvidarme del tema", explica. La pandemia del coronavirus aplazó sus exámenes a 2021, pero la idea ya rondaba en su cabeza y decidió ejecutarla.
"Ya que lo tenía pensado, ¿por qué no?", pensó, y le animó la idea de que dado que oficialmente el Camino abría este miércoles con la reapertura de la Catedral y la Oficina de Atención al Peregrino, habría poca gente por el camino. "¿Qué mejor momento que ahora, que vas a tener sitio en los albergues seguro?", reflexiona y añada que en su anterior ruta jacobea tan sólo logró hueco en un albergue, el del Monte do Gozo.
Esa ausencia de gente, que "el Camino está vacío", es la principal diferencia que nota con respecto a hace una década, pero la experiencia está resultando gratificante igualmente, pues "el espíritu del Camino es el mismo, con gente y sin ella". Sí le "da pena" no poder repetir aquellas vivencias de la anterior ocasión, en la que "conocías mucha gente", pero viene "con la mente muy abierta", sin buscar nada en concreto, y le está resultando satisfactorio.
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