Un conductor búlgaro encaja su camión en una pista estrecha de Leborei en la parroquia de Cerponzóns
Por Anxo Lourido
Liliana Casás, la presidenta de la asociación vecinal O Chedeiro de Cerponzóns, está desesperada. Su casa se encuentra en una pista de Leborei, un lugar de la parroquia pontevedresa que es transitado habitualmente por numerosos vehículos que utilizan esta pista para cruzar hacia la N-550, la carretera a Santiago, o a la PO-531, la carretera que une Pontevedra y Vilagarcía.
Al intenso tráfico habitual, esta vecina tiene también que hacer frente a situaciones como la que se producía este domingo. Un conductor búlgaro que manejaba un camión de grandes dimensiones accedía a esta pista posiblemente atendiendo al GPS y terminó impactando contra un poste de la luz, quedándose encajado en el medio de la estrecha vía.
Liliana afirma que este tipo de incidentes son habituales sobre todo entre conductores de fuera de Pontevedra porque, a pesar de las demandas vecinales, en ningún lugar hay una señal que indique las estrechas dimensiones de la pista. Y así, este conductor impactaba contra el poste de la luz causando daños en la dirección de la cabina del camión. A partir de ahí, Liliana intentó ayudarle pero la comunicación era complicada porque el hombre no hablaba otro idioma más que búlgaro y que solo acertaba a decir: "No signal, no signal".
Finalmente con la ayuda de la presidenta de O Chedeiro, que utilizó un traductor del móvil, logró ponerse en contacto con el seguro para avisar a una grúa que pudiera llevar a cabo la retirada del vehículo. También llegaban agentes de la Guardia Civil de Tráfico para auxiliar al conductor. Pero mientras se realizaban los trámites, decenas de vehículos se colapsaban en la pista al intentar utilizarla como carretera de circunvalación. Los residentes de la zona señalan que si en ese momento precisan salir de sus viviendas con un vehículo resultaría imposible. "Los vecinos ayudamos en estas situaciones a los conductores, a la Policía y a la Guardia Civil", indica Liliana Casás, "pero estamos cansados de que no se nos escuche para resolver esta situación".
Indica que desde 2013, cuando asumió la presidencia de la asociación ha reiterado la demanda de señales a través de los Consellos Parroquiales para una zona que, además, es muy transitada por peregrinos porque forma parte de la ruta del Camiño Portugués a Santiago. La situación empeoró cuando se mejoró el pavimento y se construía el paso elevado sobre la vía del tren provocando un incremento de la circulación de vehículos.
A pesar de las peticiones vecinales, afirma que desde el Concello solo han decidido instalar lombos para reducir la velocidad pero no se ha establecido ningún aviso que impida el tránsito de vehículos de grandes dimensiones. "Ya no sé qué hacer", afirma Liliana, "solo me queda darme cabezazos contra los muros".
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