Los niños explican al alcalde y al pedagogo Francesco Tonucci sus experiencias durante el confinamiento
Por Oskar Viéitez & Mónica Patxot
Dentro de la ronda de contactos que el alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores, está manteniendo con diferentes sectores sociales y profesionales para analizar las necesidades derivadas de la crisis sanitaria, este martes ha sido el turno de los niños ya que el Concello también ha querido que tuvieran un espacio propio.
El encuentro se celebró en el Teatro Principal con una reducida (atendiendo a las restricciones de la desescalada) representación de la población infantil tanto de la zona urbana de la ciudad como del rural.
Así, María, Lucía, Candela y Nico han sido los encargados de trasladar sus experiencias tanto al alcalde como al pedagogo italiano Francesco Tonucci, que participó en el encuentro de manera telemática.
Miguel Anxo Fernández Lores ha explicado con orgullo que en este momento Pontevedra se revela como "ejemplo y referente urbano" para ciudades que precisan adaptar sus espacios públicos a la situación post-Covid, que exige más espacio público disponible para que las personas puedan mantener la distancia social y moverse con seguridad.
En este sentido, Tonucci les ha dicho a los niños que "tenéis suerte de vivir en una ciudad como Pontevedra, que ya ha dado pasos muy importantes que otras ciudades aun no dieron, y que es un ejemplo hacia el que están mirando desde todas las partes del mundo".
Tonucci también ha aprovechado para animar a los niños a "ser embajadores de Pontevedra, porque vosotros sois los que conocéis de primera mano cómo tiene que ser una ciudad pensada para vosotros".
Tanto María y Lucía, vecinas de la parroquia de Lérez, como Nico y Candela, residentes en la ciudad, han coincidido en la descripción de sus experiencias del confinamiento, que centraron en tres puntos: la preocupación inicial y el miedo a que se contagiasen sus padres o abuelos; la carga de tareas escolares que calificaron como "igual de aburridas que cuándo íbamos al cole"; y el uso de las vídeollamadas para mantener el contacto con amigos.
En este último punto, Nico relató la celebración telemática de la fiesta de cumpleaños de un compañero, frustrada "porque hablábamos todos a la vez y no nos enterábamos de nada".
A estas experiencias, también sumaron otras positivas como todo el tiempo que el confinamiento les permitió pasar con los padres y las tareas compartidas, algo que consideraron "extraordinario", y también coincidieron en destacar la "alegría" de la vuelta a la calle en la última semana.
De cara al futuro y aunque apuntaron que Pontevedra es una ciudad "que está muy bien", se animaron con un par de peticiones: más fiestas y eventos en la calle y una zona de juegos cubierta para el invierno.
Por último, Tonucci ha hecho una propuesta al alcalde para que destine una jornada específica en la que la ciudad sea solo para los niños, sin adultos, para que demuestren "como son capaces de inventar juegos nuevos con normas nuevas, como mantener la distancia y llevar mascarilla". Una propuesta que Fernández Lores se ha comprometido a valorar.