La cuarentena los cogió de viaje
Por Manu Otero
Las medidas adoptadas por el Gobierno para frenar la expansión del coronavirus cogió por sorpresa a buena parte de la población. Muchos se vieron obligados a cancelar viajes, pero otros se encontraban ya en sus destinos de vacaciones cuando estalló la crisis y tuvieron que improvisar en medio de un clima de incertidumbre y miedo para regresar a sus hogares.
"Más que vacaciones fue un agobio", reconoce Álvaro Ibaibarriaga, propietario de la popular taberna pontevedresa PintxoViño, al que el estado de alarma lo pilló de viaje con su pareja en México.
No fueron los únicos que se vieron en estas circunstancias. Un grupo de cinco sanxenxinos que se desplazó a Melbourne para visitar a unos amigos y realizar un tour por todo el país también vieron trastocados sus planes por la crisis sanitaria. Se enteraron de la gravedad del problema ya en su destino y para regresar a sus casas vivieron una auténtica odisea con largas escalas en aeropuertos, desplazamientos imprevistos en tren y momentos de angustia hasta que lograron llegar a sus hogares sanos y salvos.
En el caso del hostelero pontevedrés, los perjuicios afectaron también a su actividad económica. "Yo me iba a quedar una semana más porque tengo un negocio de vinos. Iba a hacer una ruta por Riviera Maya, Monterrey y otras zonas de Mexico pero ya me llamó el importador para decirme que se estaban anulando reuniones, así que decidí volverme el mismo día que mis familiares", explica Ibaibarriaga.
Aterrizaron en el destino turístico el 9 de marzo y diez días después comenzó el confinamiento de la población en España. "En México ya comenzaban a estar nerviosos y la ocupación en los hoteles empezaba a bajar ya. Pasaron de un 90% a un 40%, enfatiza el empresario alavés asentado en Pontevedra.
A pesar de las preocupantes noticias que recibián del otro lado del Atlántico, "no teníamos miedo porque si se cerraba el tráfico aéreo nos decían que nos iban a repatriar y al estar lejos tampoco sabíamos todo lo que estaba pasando en España, por eso estábamos más tranquilos", añade Álvaro.
Aunque al país azteca todavía no había llegado todavía el virus, sí que le llamó la atención la presencia de gel desinfectante "en todas partes. Nos dijeron que es una medida que tomaron desde el 2009, cuando les afectó también una epidemia de otro virus", puntualiza. No había casos, pero el miedo empezaba a extenderse y la compra de mascarillas y gel para lavarse las manos empezaba a complicarse. "No tuvimos ningún problema, pero cuando veían que éramos españoles se echaban un poquito para atrás", reconoce el hostelero.
Una vez que consiguieron abandonar el país, después de comprar un nuevo billete de avión cuyo importe le reembolsó Iberia ("dentro de lo que cabe, tuve suerte", confiesa Álvaro), y pisar suelo español se produjeron los momentos de mayor tensión.
"Marta (su pareja), su hermano y su cuñada volvieron en avión para Pontevedra, pero yo tenía que ir a Álava para estar con mi familia. En Madrid era imposible alquilar un coche y tuve que ir hasta Atocha donde conseguí arrendar una furgoneta para ir hasta casa", detalla Álvaro impresionado por el panorama que se encontró en la capital del país tras aterrizar en Barajas.
Ahora ya en su casa continúa trabajando a distancia, ya había empezado a hacerlo desde el complejo hotelero de la Riiviera Maya en el que pasó unas vacaciones inolvidables, con asesores y proveedores para preparar el regreso a la normalidad. "Esa es otra, cuando pase todo esto a ver cómo podemos abrir, igual nos imponen una reducción de aforo o algo", anticipa el dueño de una de las tabernas más populares de la Praza da Verdura.
El grupo de amigos de Sanxenxo volvió también a su rutina habitual. Entre ellos se encontraba una médica que trabaja en un hospital madrileño que, ante la extrema gravedad de la situación, decidió interrumpir sus vacaciones para ayudar a sus colegas; también un edil del gobierno local sanxenxino se incorporó ya al gabinete de crisis para contribuir desde el departamento de obras y servicios a la gestión de la alerta sanitaria en su municipio.