El Entroido de Cobres se remonta a principios del siglo XVIII y es posible que proceda de alguna costumbre gremial. Lo que sí sabemos es que desde entonces, madamas y galáns salen a bailar por la parroquias de Cobres para amenizar las fiestas.
Durante los días que se celebra el carnaval, de sábado a martes, desde las diez de la mañana hasta que se pone el sol, las madamas y galáns recorren distintos lugares de las parroquias de Santa Cristina y San Adrián de Cobres, acompañados por la música de la banda de gaiteros. Los bailes, tradicionales gallegos como la muñeira, y otros como la jota y el agarrado, llenan de música y alegria los diferentes parajes de la parroquia. Además, los vivos colores de los trajes, hacen que los fríos días de invierno se vuelvan más coloridos y divertidos.
Antiguamente, para ser madama, uno de los galáns tenía que acudir a la casa donde vivía la mujer en cuestión y pedirle a sus padres si podía ser su pareja. Cuentan los vecinos de Cobres que algunos padres hacían volver varias veces a los galáns a casa hasta que ,por fin, le daban su permiso para ser la pareja de su hija.
Actualmente, esta celebración es posible gracias a la labor de la Asociación Cultural Cobres que durante el año, preparan las vestimentas y bailes de las madamas y galáns.
Aunque poco a poco, esta tradición se está perdiendo, todavía quedan jóvenes que se atreven a continuar con el legado de sus padres o abuelos. Ahora mismo, las parejas de madamas y galáns son diez aproximadamente. Moisés, un joven de 25 años e residente de San Adrián de Cobres, lo tuvo muy claro: lleva catorce años siendo galán, y explica que en su familia siempre ha habido una gran afición por el Entroido. "O meu irmán e as miñas primas participaban como madamas e galáns, e iso fixo que eu tamén quixera formar parte. Agora mesmo é unha cita a que non podo faltar".
Los cuatro días de celebración del entroido son, para las madamas y galáns, muy axetreados. Comienzan a bailar a las diez de la mañana y finalizan sobre las siete u ocho de la tarde. Con todo, Moisés dice que compensa: "o bó ambiente que te rodeada e bailar cos amigos durante eses días fai que o final entables moi boa relación".
En cuanto al traje, asegura que pesa poco, ya que está confeccionado de paños sobre un pantalón y una camisa. Lo que más pesa es el colorido gorro, sobre unos dos o tres kilos. Por último, afirma que el entroido de Cobres es cada vez más conocido, pero aun así, cada vez hay menos jóvenes que participan.
Por otro lado está Sara, una joven pontevedresa de 24 años que lleva once siendo madama. Su gorro, lo confeccionó su madre con la ayuda de una amiga y cada año le hace nuevos arreglos. Está íntimamente ligada al entroido de Cobres, ya que sus abuelos viven allí, y además, su abuelo fue galán cuando era joven.
Como los demás, ensaya en la cultural de Cobres, donde también asiste a clases de gaita, factor determinante que hizo que comenzara a ser madama. Asegura que el gorro pesa bastante, pero que es lo bonito del atuendo. Como Moisés, está de acuerdo en que son unos días divertidos, rodeada de amigos con los que tiene una estrecha relación, y explica que "é moi cansado estar bailando todo o día, pero merece a pena. Dan igual os pés destrozados e o cansancio, é unha tradición moi bonita e alegre e por iso bailo, para que non se perda".