Preocupación sindical ante el futuro de Trèves y Aludec si PSA no apuesta por nuevos modelos de vehículos
Por Redacción
María Xosé García e Xoán Xosé Bouzas, responsables de automoción e industria en la CIG, presentaban este viernes el acto de protesta que se llevará a cabo el martes 18 de febrero a las 14.00 horas en el Polígono do Campiño desde la fábrica de Trèves hasta Aludec, dos empresas del sector de automoción que se ven directamente afectadas por las decisiones que se adoptan en la fábrica de vehículos PSA en Vigo. Esperan que el personal de ambas fábricas, alrededor de 500 trabajadores, se sumen a esta iniciativa.
Los responsables del sindicato nacionalista encuadran esta acción dentro de la campaña que tienen en marcha desde hace más de un año reclamando al sector de automoción que no se profundice en la precariedad laboral que afecta al sector. Reclaman la aplicación del convenio sectorial o el de la empresa principal, en este caso PSA, a todo el personal, además de exigirle a la Xunta un plan gallego para la industria del vehículo con apoyo al I+D+i en el sector y la creación de una mesa gallega de automoción integrada por el actual clúster empresarial (CEAGA).
En este sentido, desde la CIG muestran su preocupación, al igual que ya lo habían manifestado desde el comité de empresa de Trèves, ante la falta de planificación de cara al futuro en PSA y a la falta de inversiones para adaptarse a las medidas que se establecerán en la futura Ley de Transición Ecológica, que tiene previsto aprobar el gobierno de Pedro Sánchez.
Alertan de que en la fábrica de Vigo, de la que dependen numerosas empresas auxiliares, se siguen trabajando modelos de bajo coste casi todos modelos diésel y no se están promoviendo vehículos híbridos, eléctricos o de gas de cara a las medidas que se están estableciendo en las grandes ciudades para reducir las emisiones de CO2.
Señalan que, a pesar de haber solicitado desde hace un año información a la Xunta sobre las ayudas que se destinan al sector de la automoción, no se les han ofrecido datos. Y se temen que esas ayudas autonómicas se destinen a otras plantas de fabricación de vehículos de esta empresa fuera de Galicia como en una fábrica de Vila Nova de Cerveira, en Portugal.
En Vigo actualmente, según María Xosé García, se fabrican 5 furgonetas todas con motores diésel además del C4 Picasso que finalizará su producción en un plazo de dos años y por eso la CIG piden modelos que se adapten al nuevo mercado atendiendo a la reducción de los índices de emisión a la atmósfera.
Desde el sindicato reclaman también una tarifa eléctrica industrial para la automoción y reclaman a la administración una bonificación para quien produce y exporta. Xoán Xosé Bouzas lamenta que Galicia siendo un país productor de energía eléctrica se vea penalizada pagando un 30% en tasas mientras que en Euskadi o en Cataluña el sector de la automoción está exento de estas tarifas. "Vamos por detrás de Europa", afirma María Xosé García.
Alertan de que además las plantillas de las empresas de automoción en Galicia tienen personal con edades muy avanzadas y reclaman la incorporación de gente joven a la industria, además de una mayor implicación del sector con las universidades gallegas.