Un perito citado a declarar en el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Pontevedra a petición de la empresa Audasa este miércoles ha minimizado las incidencias de retenciones en la circulación por el tramo de Rande de la AP-9 durante las obras de ampliación del puente de la autopista.
La Fiscalía Provincial de Pontevedra recoge en la demanda presentada contra la empresa 202 incidentes durante los tres años que duraron las obras, pero este especialista los reduce a 86 en ese período 2015-2018 y concluye que, de esos, tan sólo 13 se pueden atribuir directamente a las obras. Tan solo cuatro de ellos tendrían el denominado 'código rojo' por una incidencia grave y dos fueron, en realidad, por transfers nocturnos, de modo que, finalmente, tan solo reconoce dos incidentes de circulación difícil.
Este perito declaró en la segunda sesión del juicio contra Audasa por el presunto cobro abusivo de los peajes de Rande durante las obras y, en base a los informes de la Fiscalía y de la DGT, calculó que durante el tiempo de las obras hubo 106 horas anuales de demoras en ese tramo de la AP-9 en sentido Pontevedra-Vigo y 41 en sentido contrario. El reglamento de Carreteras del Estado dice que, para que las demoras sean consideradas significativas, deben ser 150 anuales, de modo que concluye que en ese tramo en esa etapa no fueron destacables.
Este especialista también llega a la conclusión que los usuarios que sufrieron retenciones y atascos durante las obras de Rande tenían alternativas para hacer ese trayecto entre Pontevedra y Vigo en caso de incidencias. Serían la N-550 y N-554 por Vilaboa y la N-550 y la N-552 por Redondela. Si el trayecto habitual por la autopista es de 18 minutos, por Vilaboa subiría a 28 y por Redondela, a 40.
Pese a ser un perito de parte, la Fiscalía consiguió acorralarlo en varias ocasiones durante su largo testimonio de cerca de dos horas y acabó reconociendo que durante el tiempo de las obras se redujeron los arcenes y número de carriles, de modo que las características de la vía "no son las condiciones óptimas de una autopista". Esta respuesta da la razón a la Fiscalía en su tesis de que se cobró como autopista una vía que, en realidad, no reunía las condiciones.
También a preguntas del Ministerio Público reconoció que en el informe elaborado para esta causa califica como incidentes en la circulación varios episodios que luego no se incluyen en ese cálculo final señalado en su testimonio.
A preguntas de uno de los abogados demandantes (están personados como demandantes la Fiscalía, las asociaciones En Colectivo y Adicae y una docena de afectados particulares), el especialista también reconoció que "Audasa es un buen cliente mío" y de sus 15 últimos trabajos al menos 12 los realizó para esta empresa.
Por la sala de vistas también pasaron tres agentes de la Guardia Civil que durante esos tres años realizaron servicios en la rotonda situada en el acceso a la AP-9 en Rande desde la Vilaboa. Los guardias explicaron que se puso en marcha un dispositivo especial de vigilancia en la zona durante esos tres años en previsión de retenciones y atascos por las obras de Rande y del conocido como Corredor do Morrazo. Entre las 7 y las 9 de la mañana había dos patrullas destinadas a la zona, dos en la propia autopista y dos en ese acceso.
Para esta causa, la Fiscalía pidió que desde la Administración se citase como testigos a guardias civiles de Tráfico que trabajasen en la zona, sin poder elegir a quiénes se llamaba. Curiosamente, ninguno de los que acudieron al juicio estaba directamente en la AP-9, si no los tres en la rotonda.
Pese a que no vieron lo que pasaba en el entorno de Rande, un agente sí indicó que "en las mañanas de lunes a viernes había retenciones y atascos importantes, sobre todo cuando llovía", otro habla de "alguna" retención de grandes dimensiones y el tercero indicó que, por momentos, la AP-9 llegó a estar tan colapsada que tenían que parar el tráfico en la citada rotonda para que no accediesen más vehículos a la autopista porque "ya no entraban más". Esto ocurrió de forma "muy puntual".