La biblioteca de las tentaciones
Por Manu Otero & Cristina Saiz
Este viernes se celebra el día de San Valentín, el día del amor. Y seguro que la biblioteca de la facultad de Ciencias Sociales recibirá la visita de algúna pareja feliz que, entre apuntes y libros, cruzaron allí sus primeras miradas. Porque a la sala de lectura más concurrida del campus de Pontevedra no solo se va a estudiar.
En el 2017 un informe publicado por Meetic situó al centro pontevedrés como el noveno en el que más se liga de todas las facultades de España. "Claro que es verdad, aquí se liga", es la respuesta de cualquiera de los estudiantes que frecuenta la sala al ser cuestionados sobre la veracidad de este informe.
Un simple paseo entre las mesas y unas breves conversaciones con los asistentes más incondicionales basta para darse cuenta de que entre las estanterías de Ciencias Sociales se respira un clima diferente. Todos conocen historias de personas que han conocido a alguien especial entre estas paredes, pero rara vez admiten ser los protagonistas. "Yo tengo un amigo que", matizan antes de contar sus anécdotas. Y las hay de todo tipo, desde las más inocentes hasta las más alocadas.
"Un día una mirada, otro día una sonrisa y un día descubres que está sentado frente a ti" o "te empiezan a seguir por redes sociales". Así comienzan muchos de estos idilios. Algunos son fugaces, otros acaban consolidándose. Como le ocurrió a una pareja de conocidos que acudían juntos a esta biblioteca para preparar oposiciones y acabaron enamorándose.
Las tácticas para establecer ese decisivo primer contacto son variadas. Los hay más atrevidos que se lanzan a hablar directamente con su crush u otros más cautos que van dejando pistas. "A mí me dejaron escrito un número de teléfono en un post-it sobre mis apuntes", recuerda entre risas una aspirante a profesora, a la que la maniobra, lejos de agraderle, la asustó.
Sin embargo, esa misma forma de proceder a veces acaba en éxito. "A mí me pasó varias veces, empiezas a hablar con ellas y a veces surge algo más y en otras vez que no hay feeling", relata otro opositor que guarda en una carpeta toda una colección de mensajes y números de teléfono que encontró sobre sus apuntes al regresar del baño o de realizar un descanso.
Pero también se dan ocasiones en las que la pasión es irrefrenable y son numerosos los testigos y personas que han oído hablar de encuentros íntimos en uno de los cuartos de baño de las plantas altas de la facultad. "Iba al baño y estaba una chica por allí hablando por teléfono y le decía a la otra persona: '¿pero estás seguro de que no hay nadie?'. Tampoco es la primera vez, cuentan, que la facultad cierra y el guardia de seguridad tiene que abrir sus puertas a una pareja que se había despistado de la hora.
"Estamos todos los días en el mismo sitio y al final acabas conociendo a la gente que tienes al lado", normaliza un estudiante que prepara las pruebas de ingreso en la Guardia Civil. "A la biblioteca se viene a socializar y también a estudiar", bromea otro estudiante.
Otros ven sus visitas a la biblioteca una oportunidad para tener una excusa con la que iniciar conversacion con la persona que le gusta. "Ligar aquí no sé, pero te empiezas a seguir por Instagram. También Pontevedra es muy pequeña y siempre te los encuentras fuera de la biblioteca o en algún pub por la noche", apunta otra opositora.
"Mejor ligar en la biblioteca que en la discoteca", concluye entre risas y citando a un conocido monologuista otro de los habituales de una biblioteca a la que muchos acuden para encarrilar su futuro, no solo el laboral, también el sentimental.