Todo un negocio familiar. Es lo que tenían las dos personas, padre e hijo, que han sido detenidos por la Guardia Civil en Poio por un delito contra la salud pública. Eran los responsables, según los investigadores, de una plantación 'indoor' de marihuana que tenían en una de sus casas y de la venta de droga que extraían de las plantas que cultivaban.
Según ha informado el instituto armado, el padre, de 55 años, era el encargado de la venta y distribución de la droga; y su hijo, de 31, era el responsable del cultivo y el almacenamiento. Ambos, tras declarar en el cuartel, fueron puestos en libertad con la obligación de comparecer ante la autoridad judicial cuando sean citados.
Las investigaciones se iniciaron el mes de octubre del pasado año cuando la patrulla rural de seguridad ciudadana de la Guardia Civil de Pontevedra detectó la existencia de un posible punto de venta de drogas en una vivienda de Poio.
Tras vigilar el inmueble, los agentes comprobaron que dicho domicilio era frecuentado por un considerable número de conocidos, consumidores habituales de estupefacientes, que en algunos de los casos fueron interceptados con la droga que acababan de comprar.
El juzgado de instrucción número 2 de Pontevedra autorizó el pasado martes la entrada de la Guardia Civil al domicilio.
En el registro, los agentes hallaron cerca de 300 gramos de hachís y más de 100 gramos de marihuana, ya dosificados para su venta directa, una báscula de precisión, 150 euros en efectivo, útiles de elaboración de drogas y dos teléfonos móviles.
En el marco del mismo dispositivo se procedió el mismo día al registro de la vivienda de su hijo, también en Poio, al comprobar los investigadores que se dedicaba a cultivar, elaborar y almacenar la droga que vendía su padre.
Allí, la Guardia Civil descubrió una plantación de marihuana dotada de un sofisticado sistema de riego, ventilación, iluminación, control de temperatura y humedad, que aceleraba el crecimiento y la producción de las plantas.
Los agentes incautaron treinta macetas con plantas de cannabis en su última fase de crecimiento, útiles y medios para su cultivo (ocho lámparas, dos temporizadores, dos transformadores, tres filtros, cinco ventiladores y un deshumidificador), una motocicleta, un turismo, 160 euros en efectivo, una báscula de precisión, útiles de elaboración de las sustancias y un teléfono móvil.