La transformación urbana de Pontevedra se ha abierto camino este miércoles en la Cumbre Mundial del Clima, conocida como COP25, que se está celebrando en Madrid. Lo ha hecho a través de la voz del alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, que ha explicado cómo desde las administraciones locales también se puede contribuir a hacer frente a la emergencia climática que vive nuestro planeta.
Fernández Lores participó en una mesa redonda que, enmarcada de la jornada dedicada a la agenda urbana y el cambio climático, analizó experiencias inspiradoras en materia de urbanismo y clima. Junto a Pontevedra estuvieron otras tres ciudades que, al igual que la Boa Vila, lograron el premio ONU Hábitat: Málaga, Sevilla y Noaín (Navarra).
La conferencia, que tuvo lugar en el Palacio Zurbano ante numeroso público, conectó el lema de la COP25 'Es tiempo de actuar' con modelos de ciudad en las que ya se lleva tiempo actuando con resultados positivos para el clima y el medio ambiente.
En ella, el alcalde pontevedrés apeló a la "responsabilidad política" para avanzar en la mejora de las ciudades y, como consecuencia, para "trabajar por el planeta desde lo local", ya que advirtió que "no hay soluciones sin soluciones políticas".
"Cada uno, dentro de su responsabilidad política, tiene que ejercer sus competencias, pero no hay excusas para no tomar decisiones porque nosotros demostramos que es posible", aseguró el regidor de Pontevedra, que afirmó que la ciudadanía valora esta "valentía política" y puso como ejemplo sus seis mandatos como alcalde.
Esta llamada a la responsabilidad fue bien acogida por los demás participantes en la mesa y alabada por la moderadora, la directora de la Fundación CONAMA, Alicia Torrego, que dijo contundente que "precisamos capacidad de liderazgo, alcaldes y alcaldesas fuertes para llevar a cabo políticas que promuevan cambios reales" y que en el caso de Pontevedra esta fortaleza "funcionó".
Alicia Torrego presentó a la ciudad de Pontevedra como un modelo consolidado en cuanto a movilidad sostenible y aseguró que "a estas alturas ya todos tenemos interiorizado que Pontevedra es una ciudad para caminar".
A partir de esta premisa, el alcalde de Pontevedra explicó cómo la ciudad pasó de ser "un almacén de coches" a una referencia mundial en materia de movilidad y diseño urbano gracias a un "cambio de paradigma" en el que el espacio público se concibe para las personas, para la convivencia y para la estancia de los ciudadanos.
Además de los datos habituales de reducción y calmado de tráfico en la ciudad, Lores hizo hincapié en la parte "no visible" de la remodelación del casco histórico, explicando que paralelamente a la accesibilidad universal del espacio urbano también se hizo una gran inversión en la renovación de todos los servicios, lo que supuso un gran ahorro y eficiencia de los recursos naturales.
En el campo ambiental, el alcalde destacó la reducción del 67% de emisiones de CO2 gracias al calmado y reducción de tráfico y explicó brevemente el proyecto de gestión de residuos a través del compostaje como un proyecto de futuro en el que ya se está trabajando desde el gobierno local.
Avanzó que cuando se implante este modelo, en el que se conjuga el compostaje comunitario e individual con una planta de compostaje, la previsión es reducir en otro 52% las emisiones de CO2. También puso en valor a recuperación de la biodiversidad en la ciudad y animó la que cada ciudad busque su propio modelo para mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
Al remate de su intervención, Miguel Anxo Fernández Lores destacó que fue un "orgullo" representar a Pontevedra en la Cumbre Mundial del Clima y explicó que buscaba transmitir que "es posible hacer cosas ya", sin esperar hasta el 2030, para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y la calidad del aire y disminuir el efecto de la crisis climática.