Atribuyen falso testimonio a una testigo clave en el juicio a un empresario portugués por intentar matar a su mujer en un hotel de Vigo
Por Natalia Puga & Mónica Patxot
La Fiscalía y la acusación popular del juicio contra el empresario portugués Carlos Inácio Pinto por intentar matar a su mujer en un hotel de Vigo tienen serias sospechas sobre la credibilidad de una testigo que podría resultar clave para reducir la carga de culpabilidad del acusado.
Se trata de una mujer que en diciembre de 2016 acudió a la Policía para aportar un testimonio sobre los hechos, que habían ocurrido meses atrás, en mayo de ese año. La mujer aseguró haber visto a la víctima en el baño de un establecimiento hostelero de Vigo con una maza en la mano que podría ser la luego utilizada por el ahora acusado para intentar matarla. Según esa testigo, esa maza ya la tendría la víctima el día anterior a los hechos, de modo que confirmaría una de las tesis de la defensa de que fue la mujer la que llevaba ya esa herramienta en la maleta y no su marido para intentar matarla.
Esta testigo compareció este jueves en la segunda sesión del juicio contra Carlos Inácio Pinto en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra. Reiteró que había visto a la mujer y que se quedó con el detalle de la maza y con el calzado que llevaba, unos zapatos muy característicos de leopardo. Sin embargo, tanto el fiscal como la acusación particular detectaron incoherencias en su relato y pidieron al tribunal que le mostrase la maza que supuestamente había visto. La mujer había dicho que era negra y la realmente usada en el crimen, que estaba en la sala como prueba, era de acero gris claro.
Una vez terminado el juicio, y antes de que quedase visto para sentencia, el fiscal del caso, Juan Carlos Aladro, pidió al tribunal que se dedujese testimonio sobre su declaración, con el fin de aclarar si habría cometido un delito de falso testimonio. La abogada de la acusación se adhirió a su petición.
Todas las partes personadas en la causa han elevado a definitivas sus conclusiones iniciales en este juicio. Su abogado defensor pide su absolución, pero la Fiscalía y la acusación particular le atribuyen un delito de asesinato en grado de tentativa por los que el fiscal pide 12 años de prisión, diez años más de orden de alejamiento y 15.000 euros de indemnización.
La segunda y última sesión, celebrada este jueves, ha tenido su momento central con el testimonio de los forenses que analizaron tanto a la víctima como al acusado tras los hechos.
Los especialistas determinaron que la supuesta víctima, Eliza G.G.P., presenta un trastorno por estrés postraumático y que sufrió el día de los hechos cuatro heridas "muy graves y muy importantes" compatibles con el uso de una maza, si bien no han podido concretarlo. Sí señalaron que les parece muy difícil que se hubiese auto lesionado a sí misma con esa maza y tampoco ven compatibles las lesiones con una caída enel suelo del baño, tal y como sostiene el acusado.
Así, los forenses creen que resulta "bastante improbable" darse cuatro golpes como los que presentaba la mujer en una caída, pues tan sólo podrían explicarse por un rebote y "serían muchos rebotes". Concluyen también que no le reconocieron al acusado lesiones compatibles con que él hubiese sido la víctima. Así, él relató que ella le atacó primero y él se defendió, pero los forenses no lo consideran compatible.
Por la sala de vistas desfilaron durante toda la mañana de este jueves los agentes de la Policía Nacional de Vigo que acudieron al hotel en el que el acusado presuntamente golpeó reiteradamente con una maza a su mujer e intentó asfixiarla y relataron que les vieron a ambos ensangrentados, ella primero en el pasillo desnuda y luego en una habitación tapada por un albornoz y él en la habitación de los hechos.
En defensa del acusado comparecieron en la sala de vistas su hijo, su ex mujer y un amigo abogado que indicaron que nunca habían visto episodios de violencia entre la pareja.
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