Tania Varela pide al tribunal que la juzga por blanqueo de capitales "una sentencia justa" y que se declare su inocencia
Por Natalia Puga & Mónica Patxot
La narcoabogada Tania Varela, condenada a siete años de prisión por su participación en un alijo de dos toneladas de cocaína, ha ejercido este jueves su derecho a la última palabra en el juicio en el que se enfrenta a una acusación de blanqueo de capitales procedentes del narcotráfico para pedir que la absuelvan.
"Lo que les quiero pedir es una sentencia justa", indicó al término de la segunda jornada del juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Pontevedra, y explicó que su objetivo es "que se declare mi inocencia" de la comisión del delito de blanqueo y que se pueda "restablecer todo lo que se ha vertido sobre mí", en alusión a las acusaciones realizadas sobre su persona en los últimos años.
Como abogada de profesión que es, se dirigió al tribunal con términos jurídicos y, tras suscribir todos los alegatos de su abogado defensor, concluyó que "de toda la prueba practicada, nada ha desvirtuado de ninguna manera la presunción de inocencia" y que el fiscal del caso, el responsable Antidroga, Pablo Varela, "no ha sido capaz de probar" que los fondos con los que adquirió la mitad de una finca en Porto Meloxo (O Grove) y un Audi A3 "procedían del narcotráfico".
El fiscal considera que Varela se enriqueció "con el producto de la venta de sustancias estupefacientes" y, con la finalidad de ocultar el patrimonio obtenido de las referidas actividades ilícitas, durante los años 2005 y 2006, invirtió "dinero efectivo con origen en el narcotráfico" en adquirir un Audi A3 y un terreno en Porto Meloxo. Ya en su declaración en la primera jornada del juicio, ella negó cualquier actividad relacionada con el tráfico de drogas y aseguró que esas adquisiciones habían sido siempre con dinero procedente de su actividad legal como abogada del CIM de Cambados, asesora de la cofradía de esta localidad, letrada con despacho propio y socia de una empresa de promoción inmobiliaria.
Sus palabras pusieron fin a una sesión en la que declararon tres testigos. El antiguo patrón mayor de la Cofradía de Cambados, Benito González, explicó que durante una época hizo trabajos para la entidad y le pagaron por ello.
Su antiguo socio en la sociedad con la que compró los citados terrenos explicó que para su adquisición puso cada uno de ellos 45.000 euros y que el Audi lo comprobaron con dinero de la empresa y a nombre de la misma para poder tener el beneficio fiscal de desgravar el IVA. Al principio solo lo conducía ella "porque yo tenía el mío", pero luego lo intervino la Policía y, cuando lo recuperaron, pasó a conducirlo él.
Tan sólo un mes después de la aportación de esos 45.000 euros, Tania le vendió su participación en la sociedad sin recibir nada a cambio "porque la sociedad iba mal". Al respecto, la acusada había declarado que lo hizo por motivos personas, a consecuencia de los supuestos celos de la pareja de su socio.
El tercer testigo de la jornada fue, por videoconferencia, un hombre condenado junto a ella por el alijo de 2.000 kilos de cocaína, de quien el fiscal considera que pertenecía a la misma organización y que la acompañó a firmar al notario la adquisición de Porto Meloxo. Él reconoció que la acompañó y que se reunió con ella en otra ocasión, pero insistió en que no tuvo "ningún negocio con Tania" y que nunca le pagó nada para sus negocios.
Este testigo reconoció que también conocía a David Pérez Lago, hijastro del conocido narco gallego Laureano Oubiña y condenado tanto en la causa por narcotráfico como por esto mismo blanqueo por el que ahora se juzga a Tania. Él ya fue juzgado y condenado con su conformidad a tres años de prisión en 2016, cuando Varela estaba fugada.
Además, estaba citado a declarar el propietario que le vendió los terrenos de O Grove, pero se rechazó su testimonio por la existencia de un informe forense que lo desaconseja por su estado de salud. Sí se leyeron en sala sus palabras en fase de instrucción, según las cuales Tania Varela acudió a una notaría para firmar la compra de la parcela acompañada por otro hombre, pero solo firmó ella. También fue la que pagó, 20 millones de las antiguas pesetas, 120.000 euros, en efectivo que llevaba dentro de un bolso, "casi todo en billetes de 20 euros". La compra se escrituró por 90.000 euros, pero tanto el vendedor como el fiscal sostienen que pagaron 30.000 más en B.
Tras el juicio, el fiscal consideró probado que la acusada es responsable de un delito de blanqueo de capitales procedentes del narcotráfico y elevó a definitivas sus conclusiones iniciales, en las que pide que sea condenada a tres años y medio de prisión. Así, le parecen "poco creíbles" y "absolutamente insostenibles" algunos de sus argumentos, como que dejó uan sociedad a la que acababa de aportar capital sin recibir nada a cambio por los celos de la pareja de su socio.
Además, sostiene el fiscal que no se puede demostrar la trazabilidad del origen del dinero invertido y llama la atención sobre el hecho de que esos terrenos no se vendieron hasta 2018, pasando 12 años sin actividad a pesar de estar en un lugar de fácil venta, porque "ya había un dueño, que no es ninguno de los que figuran", sino que quiénes "movían los hilos" eran los integrantes de una organización criminal dedicada al blanqueo, entre ellos, David Pérez Lago. Ese dueño era "aquel para el que trabajaba Tania".
El representante del ministerio público no tiene ninguna duda de que ese dinero "procede del dinero ilícito" y tilda de "hilarante" el testimonio de su ex socio, mientras que el abogado de la defensa, Bernardino Rodríguez, considera que no se ha acreditado ese origen ilícito y critica que se le considera narcotraficante tan sólo por relacionarse con narcos. "Simplemente por relacionarse con alguien que lo hace, ¿merece ese título? ¿Por relacionarse con un actor, seria una actora (sic)?".
El letrado, además, insistió en que esta causa penal se basó en unas escuchas telefónicas autorizadas cuando ya habían empezado y que la detención de Tania en su momento fue "fuera de todo orden legal". El juicio ha quedao visto para sentencia.
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