La deuda municipal de Ponte Caldelas quedará en 912.463 euros al final del año
Por Oskar Viéitez
El gobierno local del Concello de Ponte Caldelas (PSdeG-PSOE, AVP y BNG) informó que al finalizar de este año 2019, una vez realizadas las amortizaciones previstas, la deuda municipal quedará en 912.463 euros, "por debajo de la herencia recibida del anterior equipo del PP" que en el año 2015, era, en cifras redondas, de 1 millón de euros.
A 31 de diciembre pasado, después de las fuertes inversiones tanto en el casco urbano como en el rural que está realizando el equipo de gobierno de Ponte Caldelas y de la adquisición de la parcela del Balneario al SAREB, la deuda municipal estaba en 1.396.000 euros.
Los Presupuestos para 2019, que se aprobarán inicialmente a finales de este mes de enero, no prevén la contratación de ninguna nueva operación de crédito. Los Presupuestos contemplan una amortización de 216.000 euros durante el año. A esa amortización programada el Gobierno local añadirá la amortización íntegra (utilizando los remanentes del ejercicio 2018) del crédito por valor de 303.171 euros contratado a finales del año pasado con el BBVA en una operación de tesorería para, entre otras cosas, disponer de la liquidez inmediata para la compra del Balneario.
El Gobierno local recalca también que en estos 4 años congeló los impuestos e incluso redujo algunos cómo el de vehículos. Al mismo tiempo redujo la tasa por suministro de agua y eliminó otras cómo las de instalaciones deportivas y del área Arqueológica.
En resumen, según el gobierno tripartito, Ponte Caldelas finalizará el ejercicio de 2019 "con un patrimonio municipal más rico" después de desplegar una fuerte inversión en las infraestructuras municipales a lo largo del mandato y "con una deuda inferior a la del último gestionado por el PP".
Estas cuentas son criticadas por el actual candidato del PP a la alcaldía del municipio, Antón Xil que asegura que los presupuestos para lo 2019 contemplan una deuda viva a medio y largo plazo que "triplica a la registrada hace un año sin contar con las facturas pendientes de pago de los proveedores" por lo que reprocha que esta gestión municipal "hipotecará la acción de gobierno durante años".
Antón Xil considera preocupante esta situación y critica la "política de fiestas y gastos efímeros, sin pensar en el interés público y sin inversiones en infraestructuras de futuro".