Emilio González es pontevedrés pero su profesión y oferta laboral le llevó hace diez años a Barcelona. Es uno de los tres canteiros que acualmente trabajan en la restauración de la basílica de la Sagrada Familia. No había una tradición familiar para esta vocación, pero le gustaban las manualidades y llegado el momento se matriculó en la Escola de Cantería de Poio. Terminada su formación comenzó a trabajar en un aserradero, luego como autónomo y posteriormente lo escogieron por su currículum para el cometido en la obra de Gaudí.
En el Cara a cara que mantiene con Anxo Louridoexplica que su lugar de trabajo "es como un mini mundo. Es un centro de profesionales: carpinteros, herreros, albañiles, fontaneros... Nosotros hacemos renovación, restauración, colocación, retoques, texturas, a ochenta, treinta o veinte metros de altura; donde haya que hacer un retoque de piedra ahí estamos los canteiros gallegos". Y es que son tres, todos salidos de la Escola de Cantería de Poio, "cuando entramos había de otros lugares de España y de Francia, pero ahora estamos estos tres".
Emilio no es ajeno a las reivindicaciones y campaña que sus compañeros de la Escola están realizando para conseguir un título homologado. Una máxima que comparte y reitera "queremos que la Escola sea la más puntera del mundo, y para ello están peleando por la homologación". Lamenta esta carencia, que supone no sólo dificultades para acceder al mercado laboral, sino incluso carencias de cobertura profesional ante posibiles contigencias como ya se ha dado algún caso.
Durante la charla que mantiene en PontevedraViva Radio, Emilio González habla también deinteresantes y curiosos detalles de la restauración de la Sagrada Familia; e incluso del tratamiento y uso que estos gallegos están haciendo y les animan a hacer de su lengua natal en Cataluña. Mirando al futuro, Emilio habla de morriña y del deseo de continuar ejerciendo su profesión desde su tierra.