VÍDEO.- Cuando llegar a tu casa en ambulancia se convierte en una odisea
Por Natalia Puga & Mónica Patxot
La frustración ya ha empezado a adueñarse de Tina. Su madre lleva cuatro años con movilidad reducida tras haber sufrido un derrame cerebral, se pasa la mayor parte del tiempo encamada e incluso le resulta complicado moverla en silla de ruedas. El día a día lo va sorteando, pero todo se le complica cuando cae enferma y necesita trasladarla al hospital, pues en su propio coche le resulta imposible y, cuando solicita la presencia de una ambulancia, el vehículo no puede llegar hasta la puerta de su casa. Es más, se queda a una distancia de unos 180 metros por el mal estado de conservación del camino de acceso.
Esa frustración que empieza a tener ya como compañera diaria viene dada por esas dificultades de accesibilidad, de modo que, ya cansada de que en pleno siglo XXI no tenga garantizado un servicio sanitario básico como la posibilidad de que una ambulancia llegue a la puerta de su casa, ha decidido hacer públicas sus demandas y exigir a quien corresponda que tome medidas.
Tina vive con su marido, sus dos hijas y su madre en el lugar de Vilar, en la parroquia pontevedresa de Ponte Sampaio, y tiene dos posibles caminos de acceso a su vivienda, construida ya por sus padres hace 50 o 60 años. Uno de ellos está asfaltado, pero es estrecho y está lleno de socavones, de modo que los turismos particulares pasan pero no una ambulancia o algunos vehículos de mayor tamaño. El otro es más ancho, pero no está asfaltado y, desde hace años, está lleno de rastrojos y matorrales que imposibilitan que puedan pasar vehículos con todas las garantías.
Esta vecina de Ponte Sampaio es consciente de que el camino más estrecho no puede ampliarse, pues tiene una vivenda de un lado y un muro del otro, de modo que centra sus demandas en el otro, el más ancho. Se trata de un vial abierto hace unos 15 años por el Concello de Pontevedra durante unas obras para arreglar otros viales del lugar, que incluyeron la construcción de un gran muro de contención de piedra. Durante los primeros años, se podía circular por él, pero el paso del tiempo hizo crecer la maleza a los lados y fue deteriorando el suelo, que ahora es irregular y está lleno de piedras y tierra. En invierno, se convierte en un barrizal.
"Estou pedindo unha solución para unha persoa maior que non se pode mover"
A pesar de que la situación actual es muy mejorable, Tina recuerda que "o camiño xa se mira, non fai falta moito para que poida pasar unha ambulancia". De hecho, añade que "cun asfaltado e un pouco de limpeza polos lados xa era suficiente, polo menos para unha ambulancia, eu é o que quero" y que inlcuso podría anchearse si así lo quisiese la administración que recoja el guante de su demandas, pues en su día una vecina cedió un trozo de terreno para hacer el camino más ancho, pero en ningún momento se hizo uso de esa parcela.
Este mal estado de conservación del camino le dificulta la movilidad habitualmente, pero de forma especial cuando llueve y hace mal tiempo. En esos momentos, no solo el camino es peor, sino que, además, cualquier otra alternativa que se busque resulta imposible.
De hecho, la gota que colmó el vaso de su enfado con los problemas de accesibilidad se produjo en pleno invierno, hace unos meses, cuando su madre tenía neumonía y fue trasladada al Hospital Montecelo. Cuando le dieron el alta del servicio de Urgencias, una ambulancia la llevó a casa y tuvo que quedarse a unos 180 metros, en el alto de un camino que era un barrizal. Eran las doce de la noche, llovía con intensidad y se vieron en la tesitura de tener que bajarla de la ambulancia a esa distancia y llevarla a casa en la camilla.
La escena no la olvidarán en la vida. Dos camilleros, ella, su hija y una prima cubrieron la camilla de su madre enferma con neumonía con dos mantas y un plástico negro y, cubriéndola con sus propios paraguas, recorrieron esos 180 metros interminables. "Viña de estar ingresada con neumonía", insiste Tina para añadir la dureza de lo vivido.
Esa situación no es nueva para esta pontevedresa que ya tuvo a su padre enfermo durante una temporada. En el caso de su progenitor, hoy fallecido, le llevaba en silla de ruedas hasta su coche, lo trasladaba en el vehículo hasta el punto en el que le esperaba la ambulancia. De allí, le llevaban al médico, de modo que se vivían momentos complicados, pero los iba sorteando. Con su madre no puede hacerlo "porque non se aguanta, non se move nada, iso é imposible".
Su petición no es complicada, "que me fagan a pista, non estou pedindo nada raro", insiste. "Estou pedindo unha solución para unha persoa maior que non se pode mover", añade, al tiempo que recuerda que la zona de camino más próxima a su casa lo arreglaron ya ellos en su día, pero ese tramo les resulta inasumible. Además, no solo da acceso a su casa, sino a fincas y propiedades de otros vecinos.