25-N en Pontevedra: Subasta simbólica de hombres contra las violencias machistas
Por Redacción & Diego Torrado
Toda Galicia ha salido a la calle para decir, más alto que nunca, basta ya a la barbarie de la violencia machista, una lacra que en los últimos quince años ha acabado con la vida de 57 mujeres gallegas. Y Pontevedra, en este 25 de noviembre, día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer, no se ha quedado atrás.
En la Plaza de la Peregrina, el Colectivo Feminista de Pontevedra organizó una subasta simbólica de hombres, con la que pretendían denunciar de manera irónica como las mujeres son ofertadas al mejor postor para casarse, prostituirlas, emplearlas como vientre de alquiler, utilizarlas como mano de obra barata o abusar sexualmente de ellas.
Así, por un día, se han invertido los papeles y fueron los hombres los que fueron expuestos y comprados con este fin, mostrando la otra cara de la manera y como la sociedad, por acción o por omisión, puede favorecer el desarrollo de la violencia contra las mujeres.
Durante este acto, representantes del Colectivo Feminista de Pontevedra leyeron un manifiesto en el que afirmaron que "no guardaremos silencio, no miraremos para otro lado, ni sumisas ni calladas", ante cualquier tipo de conducta machista.
A este respecto, reclamaron a las instituciones que cumplan el denominado convenio de Estambul, abordando de forma real y no solo punitiva, sino también de protección social, de prevención y reparación del daño en todas las formas y expresiones de violencia contra las mujeres, niñas y niños.
Además, han exigido mayor diligencia de los gobiernos y de los parlamentos en la aplicación de las 214 medidas incluidas en el Pacto de Estado en esta materia, que la acreditación extrajudicial de la situación de violencia se regule con urgencia y eficacia o que se mejoren los servicios públicos de prevención y atención.
Entre otras medidas, también han pedido la inclusión de la educación sexual y para la igualdad en todo el sistema educativo, fomentar la aplicación de políticas públicas de ayuda a las mujeres maltratadas y prostituidas, sancionar de manera contundente y disuasoria a los hombres que compran servicios sexuales o crear una verdadera red de Centros de Información á Muller (CIM), capaz de dar un servicio integral a cada una de las gallegas.
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