Manuel Pena fue hijo único hasta casi los diez años. Curiosamente, frente a lo que cabría esperar, la llegada de un hermano supuso mayor independencia y libertad, dice en La playlist. Así que aquel niño de Bueu disfrutó de la infancia en la calle, con sus amigos y con un balón. Muchas horas de balón.
En aquella casa familiar, donde convivían, abuelos, padres, tíos, primos, hijos, su madre le puso al alcance las películas de cine. Cuando sus compañeros de generación debían estar absorviendo series de dibujos animados, Manuel ya veía 'Frenético' o 'Arde Mississippi'.
Eso sí, como tantos chavales de su edad, recuerda que la primera película que vio en la gran pantalla fue 'ET' en un cine de Cangas. Más tarde en las clases de Ética y Filosofía del instituto le tocó la fibra 'La naranja mecánica'.
Sin definir su papel, estudió en la Escola de Imaxe e Son de Vigo. La familia, la moza y la morriña se interpusieron entre Manuel y Madrid; así que en lugar de hacer las maletas para seguir formándose en la capital, enfiló rumbo durante dos años en los estudios especiales de la Escuela Internacional de Cine de Cuba, también en Vigo. Su primer trabajo como director fue experimental 'Hipotálamo' en el que colaboró Carlos Blanco; tres proyectos después llegó su cortometraje más laureado, pero sin suficiente compensación económica; así que 'se bajó el autobús'.
Manuel Pena hizo una de esas apuestas arriesgadas. Organizó un festival, de cortometrajes, y sin salir de Bueu. Tres de tres. Y parece que ha salido un pleno al quince. Lleva con el experimento once años este 2018 y el FIC Bueu atrae desde hace años a público y profesionales de dentro y fuera de la Península. A veces, ir en la dirección opuesta no es locura, es la fórmula del éxito.
Se reconoce tímido e introvertido, aunque en las distancias cortas y en el papel de director le gusta llevar la voz cantante. Optimista, siempre y "todo es posible" podría ser su lema vital, pero nunca el título para uno de sus cortos. Hay tres personajes que han escrito un importante guión para él: Lorena su pareja, Elisa su hija de seis años y Mario, su hijo de cuatro años. Los cuatro compusieron la secuencia final de su paso por PontevedraViva Radio.