Sale al mar en lancha a recoger una mochila con cocaína y alega que no sabía qué llevaba dentro
Por Natalia Puga
A primera hora de la mañana del 4 de mayo de 2017 un operativo conjunto de la Guardia Civil, la Policía Nacional y el Servicio de Vigilancia Aduanera permitió interceptar en el Puerto de Marín a un polizón con una mochila en la que portaba 52 paquetes con cocaína que supondría alrededor de 52 kilos y detener en el agua, a poca distancia del barco, a un hombre que acudía a recoger la droga. Un año después, ese segundo detenido alega que acudió en lancha a buscar el paquete, pero sin saber qué llevaba dentro.
Ese detenido ha presentado un recurso ante el Juzgado de Instrucción número 1 de Marín que lleva la causa pidiendo que se realice una prueba pericial de reconocimiento de voz porque él salió a recoger los citados paquetes ignorando su contenido y el único indicio que existe contra él se deriva de diversas llamadas que los investigadores sostienen que realizó para concretar la entrega del paquete.
Los investigadores tuvieron conocimiento de que ese día 4 de mayo un individuo de origen colombiano viajaba en un buque que transportaba fruta procedente de Colombia con la intención de, antes de llegar al puerto de Marín, arrojar la droga por la borda para que un marinero la recogiera. Antes de que eso sucediese, alrededor de las 7.30 horas de la mañana, abordaron la embarcación, localizaron al polizón y tiraron al mar una mochila a modo de señuelo para comprobar quién era el encargado de rescatarla.
Los investigadores interceptaron una serie de llamadas a partir de las 6.40 horas de ese día que son las que ahora pone en cuestión ese marinero. Asegura que él no las hizo y que lo puede demostrar si se le realiza la citada prueba pericial.
El juzgado instructor le negó esa posibilidad, de modo que recurrió ante la Audiencia Provincial de Pontevedra. La Sección Cuarta ha vuelto a rechazar la prueba teniendo en cuenta las alegaciones de la Fiscalía, que mantiene que esa prueba pericial no es necesaria ni imprescindible porque disponen de otros medios para la identificación del supuesto autor de la recogida de la droga.
Al respecto, reseñan que el teléfono del ahora recurrente estaba judicialmente intervenido, era el único ocupante de la embarcación que acude a recoger los fardos previamente sustituidos por la sustancia estupefaciente y, momentos antes, mantuvo conversación con un agente encubierto.
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