Carta a un militar español, de Icía Rey
Por Redacción
Icía Rey, a gañadora do primeiro premio a nivel nacional do certame "Carta a un militar español" que organiza o Ministerio de Defensa, emocionou este venres a todos os asistentes á celebración do día institucional da Subdelegación de Defensa en Pontevedra.
Esta alumna do colexio San Fermín de Caldas de Reis leu a misiva que lle fixo merecedora do galardón que acaba de entregarlle en Madrid a ministra de Defensa, Dolores de Cospedal e que a distingue como a mellor carta entre as máis de 8.470 alumnos enviadas desde todos os lugares de España.
Xunto a ela tamén foron recoñecidos polos seus traballos outros tres alumnos de distintos centros educativos pontevedreses: Inés, do IES Frei Martín Sarmiento; Aarón, do Salvador Moreno; e Saleta, do Nuestra Señora de los Dolores.
A carta de Icía titúlase "Vidas de entrega" e di así:
Desconocidos, pero estimados soldados:
Inicio esta misiva esperando comprender que puede llevar a unas personas a regir su vida por unos valores por los cuales ponen a disposición de los demás sus propias vidas en cualquier circunstancia.
Desde que he tenido uso de razón me he preguntado qué es eso tan fuerte que mueve a algunos a miles de kilómetros lejos de su hogar, familia y amigos; qué es eso que hace proteger o luchar a los soldados por otras personas, sean conciudadanos o simples desconocidos, intentando darles seguridad, ayuda, estabilidad e incluso paz, aunque la palabra parezca entrar en contradicción con lo que a veces parece su misión; qué es eso que los lleva a poner su vida en riesgo sin pedir nada a cambio, conformándose o sintiéndose plenamente satisfechos solo con ver a un padre abrazando al hijo que creía perdido por alguna catástrofe natural, o a la familia que agradece la ayuda recibida en su poblado devastado por una guerra sin sentido entre hermanos, o al pueblo que llora agradecido por sentirse acompañado y ayudado para luchar contra un fuego que habría podido arrasar toda una vida en un momento... Es ahora cuando a mis quince años, y tras mucha incomprensión e ignorancia creo haberlo descubierto:
Vosotros, nuestros militares, os movéis por unos valores, tales como la LEALTAD, tanto a la patria como a lo que consideráis vuestra gente, y a lo que creéis que se espera de vosotros; la SOLIDARIDAD, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, con una entrega que no tiene ni fecha ni hora pues es continua y sin reservas; la DISCIPLINA y RESPONSABILIDAD, no evadiendo ni órdenes recibidas ni otras responsabilidades por muy mal que se presente la situación; la VALENTÍA y la SUPERACIÓN, que mostráis en infinidad de ocasiones siendo los primeros en acudir para misiones complejas y peligrosas, deseando hacerlo cada vez mejor, aunque con ello pongáis en riesgo vuestra vida; el RESPETO a vuestros superiores, pero también a vuestros compañeros y compatriotas, compartan o no vuestra visión, y, como no, a cualquier persona que requiera de vosotros; la INTEGRIDAD con la que actuáis, pues sabéis que vuestra labor en infinidad de ocasiones no será conocida ni reconocida y mucho menos recompensada, pero a pesar de todo haréis lo que sea necesario pues no os mueven intereses personales, económicos o una fama banal; una FORMACIÓN continuada participando en estudios, expediciones o maniobras , que a veces compartís con otros países estrechando lazos, pues tenéis claro que el aprendizaje y la práctica son la clave del éxito. No menos importantes son otros valores presentes en vuestro día a día como LIDERAZGO o IGUALDAD, que también forman parte de las bases sobre las que fundamentáis una vida de dedicación y entrega a vuestro país y su gente.
De manera que me gustaría daros las gracias por vuestra dedicación en cada misión, en cada vida salvada, en cada ayuda prestada aquí o más allá de nuestras fronteras; tambien por haberme hecho recordar que formo parte de un país, que cuenta con unas personas dispuestas a darlo todo por él y por mí y por hacerme sentir orgullosa de ello. Asimismo me gustaría animaros a continuar ondeando la bandera que representa no solo a nuestro país sino también los valores sobre los que sustentáis una vida de entrega, y perdonad a todos los que todavía no comprenden vuestro trabajo, pues yo tampoco imaginaba todo lo que implicaba, mas ahora me siento más protegida y acompañada y comprendo el porqué: Porque hay personas dispuestas a dar su vida para crear un mundo mejor en el que vivir.
Por todo ello, ahora y siempre gracias.