En una época en la que las mujeres quedan reducidas a la esfera del hogar, sin ocupar el espacio público y con todas las limitaciones posibles par tomar las riendas de sus propias vidas sin tener un hombre al lado, hubo valientes que se levantaron, se enfrentaron a lo establecido e incluso lideraron la lucha social. Ellas han sido las protagonistas de la última actividad del programa municipal A Memoria das Mulleres, la charla 'Mulleres pontevedresas nas loitas sociais da segunda metade do século XX'.
La actividad reunió en la Casa das Campás de Ponteverda a varias decenas de espectadores dispuestos a aprender de las enseñanzas de estas luchadoras que tuvieron, si cabe, más mérito por la época en la que se pusieron frente al poder, los 40 años de la Dictadura Franquista. Y dispuestos a hacer memoria porque, como sostuvo la historiadora Lara Barros, "sanear a nosa memoria, que está ferida, é indispensable".
Hacer memoria de todas las luchas y personas silenciadas resulta necesario tras los años del silencio en los que la historia la escribieron los vencedores, pero si algo resulta fundamental es recuperar la memoria de las mujeres. De todas. En esta ocasión, le tocó a quienes lideraron luchas sociales que se vivieron en la comarca de Pontevedra como la oposición a los dragados de las rías de Pontevedra y Vigo, el 'NO' a Ence o la rebelión ante las imposiciones de las Hermandades sindicales de labradores y ganaderos.
Una de esas luchas más silenciadas en su día por los medios y prácticamente ocultas en la hisotoria se vivió de forma muy intensa en los años 50 en las parroquias del rural pontevedrés, de Marcón a Verducido, Alba, Campañó, Santa María o San Andrés de Xeve. Allí fueron las mujeres las que lideraron la lucha contra las hermandades sindicales, un sindicato vertical que obligó a afiliarse a todo aquel que tuviese tierras e impuso cuotas de forma unilateral inasumibles en aquellos años de miseria.
El rural pontevedrés fue un ejemplo de lucha en aquelos años, con una especial eclosión del conflito en el año 1953 en la que las mujeres empezaron a vertebrarse para las protestas usando espacios no formales en los que se movían habitualmente. Hubo una "feminización da protesta" que sirve de ejemplo de la "forma de facer das mulleres" a la hora de enfrentarse a lo establecido.
Lara Barros conoce bien esas luchas y expuso en la Casa das Campás la historia de esas mujeres que desbarataron los estereotipos que el Franquismo quiso vender de Galicia y, en concreto, de las mujeres gallegas. Generalizaron la imagen de que la nuestra era una "sociedade sometida e atrasada" de mujeres "sumisas e ignorantes" a las que trataban como "eternas menores de idade", pero la realdad les echó por tierra todos esos tópicos con luchadoras como las que tomaron la palabra este jueves.
Dar a conocer esas historias de vida con programas como A Memoria das Mulleres permitirá, a juicio de Lara Barros, que las mujeres del siglo XXI "recuperen referentes" y vayan "reconstruindo a nosa identidade".
Ese acto conducido por Xiana Iglesias, socia trabajadora de MaOs Innovación Social, dio voz a esas historias de vida como la de Carmen Álvarez Otero, 'A pescadilla', vecina de Ponte Sampaio que en los años 60 luchó junto al resto de mujeres mariscadoras de la parroquia contra la draga del río Verdugo para poder sacar arena y usarla en la construcción de los primeros edificios de Vigo.
"Das mulleres que fomos, xa só quedan dúas", relató y, en nombre de ellas y de todas las que ya no tienen voz para dar a conocer su historia, relató cómo fue aquel momento en el que "empezaron a chegar as escavadoras" y durante una semana fueron organizándose hasta que llegó un día en que 'okuparon' el puente romano y recibieron piedras en mano a quienes llegaban para esquilmar su modo de vida, el marisqueo. Carmen lamenta que en aquella època "a xente era decidida", pero "agora non hai unión, non se loita".
El público de la Casa das Campás, entre el que estaba el concejal de Patrimonio, Luís Bará, también pudo escuchar el relato de Dolores Rosales Pazos y Visitación Núñez Castro, mariscadoras de la parroquia de Lourizán que formaron parte de la lucha contra la ubicación en su parroquia y los mancos marisqueros que ellas trabajaban de la pastera Ence.
Recordaron aquellos años en los que, antes de la instalación de Ence, "chegaba a praia ata o ferrocarril e era a praia que máis producía: berberecho, ameixa fina, ameixa babosa…" y detalles de aquella lucha en la que todo el sector del fondo de la Ría se levantó para "defender o pan dos fillos".