Las actividades de O Ganapán, la ludoteca infantil de la plaza de abastos de Pontevedra, vivirán a partir de este fin de semana un descanso. Después de diez meses de actividad ininterrumpida de esta temporada, este sábado se celebró la última actividad antes el comienzo de las obras previstas para remodelar y reordenar los espacios del mercado.
La temporada cerró, como no podía ser de otra manera, con una jornada dedicada al Samaín, que se celebra en la noche del próximo 31 de octubre a 1 de noviembre. Las actividades lúdicas y didácticas de O Ganapán se centraron en las últimas jornadas en productos del otoño como la castaña y este sábado le tocó el turno a otro imprescindible de esta época del año, la calabaza.
Según indicó la monitora de O Ganapán, Ruth Quiñontes, los 12 niños de entre 3 y 6 años que acudieron este sábado a la primera planta del mercado hicieron dulces de calabaza y, mientras esperaban a que se cocinasen en el horno, prepararon un batido muy clásico a base de galleta, plátano y leche.
Todos los ingredientes fueron adquiridos previamente en los puestos de la plaza de abastos, como ya es habitual en este proyecto, que busca que los niños conozcan de primera mano los beneficios de la compra de cercanías.
Ahora que llega el descanso de la actividad, es momento de hacer balance. En este obligado paréntesis se hará una evaluación de la experiencia, que ya fue reconocida como proyecto-modelo por el Ministerio de Educación, Cultura e Deporte y cumplió con gran éxito los objetivos que lo guían. De momento, el Conello ya dio a conocer que llegó a alrededor de 2.000 niños.
Desde el comienzo del proyecto se sucedieron talleres de naturaleza, arte y gastronomía y visitas escolares, actividades en las que participaron alrededor de 1.200 niños en las visitas y casi 900 en los talleres, siendo los de gastronomía los más demandados.
O Ganapán lleva desde la pasada Navidad realizando actividades infantiles, familiares y escolares que tienen como finalidad acercar a los niños a la cultura de los oficios del mar y de la tierra, con encuentros con marineros, labradoras, placeras, rederas, bateeiros, cocineras... oficios tradicionales que representan la cultura inmaterial gallega.
Para la concejala que promueve la iniciativa, Anabel Gulías, "es fundamental transmitir ese conocimiento a los niños, por en valor y dignificar la identidad cultural del país con saberes transmitidos a lo largo de los siglos y que, hoy en día, siguen siendo productivos, actuales y necesarios".