Acto de reconocimiento, acto de reparación, acto de justicia. El descubrimiento de una placa con su nombre y la plantación de unas magnolias, el árbol preferido de Amalia, abrieron una sentida inauguración del parque Amalia Álvarez, un nuevo espacio público "de máxima dignidad" de alrededor de 3.000 metros cuadrados a un lado de la calle Filgueira Valverde.
El mal tiempo obligó a trasladar el homenaje a Amalia Álvarez al Centro Social del Gorgullón donde la música y la poesía, la lectura de la carta de despedida escrita por Alexandre Bóveda a su "vidiña", a Amalia Álvarez, llenaron de sentimiento el acto.
Este Miércoles de Ceniza, festivo local, coincidiendo con el que sería el 110 aniversario de su nacimiento, Pontevedra recupera para la memoria colectiva a una mujer que vivió el asesinato de su marido, Alexandre Bóveda, sacó adelante a cinco hijos, resistió frente a represión franquista "e deu unha lección de coraxe e dignidade, gardando a memoria dos seus, a memoria de todos e axudando a tecer as vimbias dunha sociedade máis xusta, dun mundo mellor".
Hasta el nuevo espacio público de ocio se acercaron familiares de Amalia como su hija pequeña, la que lleva su nombre, o sus nietos, el alcalde Miguel Anxo Fernández Lores y miembros de la corporación municipal, representantes de la Fundación Alexandre Bóveda y amigos de la familia que con ellos vivieron y sufrieron la "posguerra de los perdedores" y también pontevedreses de todas las edades que "se saben en débeda con mulleres como Amalia Álvarez cuxos testemuños permiten reconstruír a memoria e valorar o presente".
El mejor resumen de lo dicho y vivido este miércoles lo encontramos en las palabras de Amalia Bóveda Álvarez: "Grazas nai, grazas pai por ensinarnos a sumar e grazas a todos por participar nesta suma".