Calros Solla y el IES Luis Seoane, los Cidade de Pontevedra con un carácter más educativo

Pontevedra
20 de enero 2016

Los escolares del IES Luís Seoane no sólo cobraron protagonismo cuando se levantaron en el momento en que Lores entregó la placa conmemorativa al director del centro, Carlos García, y rompieron en aplausos, también al término del Pleno, pues empezaron a subir uno a uno y fundirse en abrazos con su director y, como colofón a un acto cargado de tintes reivindicativos en defensa de la educación pública 

Premios Cidade de Pontevedra
Premios Cidade de Pontevedra / Mónica Patxot

La educación y la divulgación han cobrado mayor protagonismo que nunca en la edición 2015 de los Premios Cidade de Pontevedra. Los galardones se entregaron, como es habitual, en un pleno de honores celebrado coincidiendo con la festividad de San Sebastián, patrón del municipio. Este año el púbico estuvo copado por la comunidad educativa del instituto de secundaria Luis Seoane, premiado en la categoría de personas jurídicas, y por afines al trabajo del profesor Calros Solla, galardonado como persona física.

El alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores, que presidió el Pleno, destacó este aspecto en su discurso de cierre del acto al destacar que los Cidade de Pontevedra "este ano teñen un indubidable sesgo educativo", no solo porque un centro de enseñanza pública está entre los premiados, sino porque la obra del escritor Calros Solla contiene una indudable dimensión divulgativa.

Los escolares del IES Luís Seoane no sólo cobraron protagonismo cuando se levantaron en el momento en que Lores entregó la placa conmemorativa al director del centro, Carlos García, y rompieron en aplausos, también al término del Pleno, pues empezaron a subir uno a uno y fundirse en abrazos con su director y, como colofón a un acto cargado de tintes reivindicativos en defensa de la educación pública, hicieron una foto de familia.

El jurado concedió el premio al Luis Seoane, pero entendiéndolo como un reconocimiento a "todo o barrio de Monte Porreiro" como símbolo de valores sociales como "compromiso, interculturalidade, inclusión, solidariedade". Carlos García, que recogió el premio en nombre de toda la comunidad educativa, agradeció, precisamente, que este no es solo un premio al centro, "isto témolo moi claro", sino que es un reconocimiento a un trabajo compartido con los padres del alumando, los vecinos del barrio y los otros centros educativos públicos, EI Fina Casalderrey y EP Marcos da Portela.

El director quiso hacer una defensa "forte, aberta e sen paliativos" de la escuela pública como garantía de la igualdad de oportunidades, "inclusiva, equitativa, igual para nenos e nenas, crítica, reflexiva e libre" y de la escuela como un "camiño para conseguir un mundo máis xusto, igual e sostible".

Lores insistió en que con este premio se reconoce el trabajo de la educación pública como "auténtico motor do equilibrio e o avance social" y también a uno de los espacios "máis senlleiros de Pontevedra", Monte Porreiro, un lugar que aporta a la ciudad de Pontevedra uno de sus principales valores colectivos, "o da convivencia nun barrio no que todas e todos puxemos moito esforzo en que non acabara convertido nunha desas urbanizacións periféricas que arrodean as cidades sen arte nen xeito".

En el caso de Calros Solla Varela, el jurado valoró su trayectoria como narrador y cronista del río Gafos, defensor de la biodiversidad "un grandísimo promotor do patrimonio inmaterial". Fiel a su perfil de poeta y divulgador, su discurso de agradecimiento por el premio tomó forma de poema, un texto en gallego recitado sobre el escenario cargado de sentimiento y que despertó un larguísimo aplauso del público:

                         "A miña patria natural é Galiza. Ámoa fervorosamente, como pode amar un fillo a súa nai. Xamais a traizoaría, aínda que me concedesen séculos de vida. Adóroa máis alá da miña propia morte. Se o xurado entendeu que por este amor entrañábel se me debe distinguir co Premio da Cidade de Pontevedra, recibireino como unha beizón máis por ela. Fago canto podo por Galiza e faría máis se puider. Até me gustaría morrer pola miña patria. Baixo a súa bandeira desexo ser soterrado".

Lores defendió que el trabajo de Calros Solla es un "gran motivo de fachenda" para Pontevedra, pues tanto su dimensión como poeta como sus dotes de divulgador, unido al amor por la naturaleza, "fan da súa personalidade un magnífico expoñente desa Pontevedra apaixonada polas cousas máis exquisitas da vida" y aprovechó para reivindicar el trabajo de defensa del Gafos y la labor realizada en este campo por Vaipolorío.