Hay que mirar por dónde se anda
Por Marisa Ciordia
"Hay que mirar por dónde se anda". Es la conclusión y máxima que expuso el portavoz del gobierno municipal en Pontevedra, Raimundo González, tras dar cuenta de una sentencia que se ha fallado a favor del Concello.
El caso se remota al 18 de febrero de 2014, cuando un particular que caminaba por la calle Augusto González Besada, tropezó con una balsosa y cayó al suelo. A consecuencia del percance denunció a la administración local solicitando una indemnización de 1.413 euros.
Ahora una sentencia ha desestimado el recurso que presentó dicho particular. Según esa sentencia y como extrajo textualmente el concejal: "por carácter general, una caída derivada de un tropiezo con un obstáculo de dimensiones insignificantes, visibles, o de la que tenga constancia la persona que deambula por él, entraña un daño no antijurídico que debe soportar el administrado desde el mismo momento en que participa del servicio público de aceras o calzadas. Eso es porque no se puede pretender que la totalidad de las aceras o calzadas de un casco urbano se encuentren en perfecto estado de conservación y rasante hasta extremos insoportables".
No es nada excepcional que ciudadanos denuncien al Concello tras haber sufrido algún tipo de caída por estas causas. Lo cierto es que, según fuentes del ámbito jurídico consultadas, la normativa vigente induce a que el ciudadano esté atento a las condiciones del pavimento por las que transita, máxime cuando se trate de trayectos que el usuario utilice con asiduidad. Así que: ¡ojito al suelo!