La llegada de los Reyes Magos inunda las calles de carrozas... y de pontevedreses
Por Redacción
El anticiclón que en los últimos días ha dejado cielos despejados y temperaturas agradables en Pontevedra fue el mejor aliado que este año pudieron tener los Reyes Magos de Oriente en su visita a la ciudad. Este 5 de enero animó a los pontevedreses a echarse a la calle para presenciar la cabalgata real con la que Melchor, Gaspar y Baltasar quisieron saludar a niños y adultos antes de llegar a sus casas de madrugada cargados de regalos, carbón o, al menos, ilusión, que en los tiempos de crisis que corren no tienen fondos para agasajar a todos.
La cabalgata partió con puntualidad casi británica, tan sólo unos minutos después de las 18.00 horas previstas de la calle 12 de Novembro y recorrió Loureiro Crespo, Benito Corbal, Peregrina, Michelena y la plaza de España hasta llegar a la Alameda y dar un descanso a sus Majestades, su séquito y las carrozas y grupos musicales que les acompañaron en el recorrido.
Desde el inicio del trayecto estuvieron rodeados por miles de pontevedreses que se arremolinaban para ver en primera fila a Melchor, Gaspar y Baltasar y, de paso, hacerse con una parte de los 1.000 kilos de dulces, aptos para celíacos, que repartieron los Reyes y sus pajes y séquito real. .
Melchor llegó en su carroza "Touro persa", Gaspar en la "Isis Exicia" y Baltasar en su "Esfinxe Leonada". La comitiva real la completaron tres carrozas más (el capitán Garfio, el oso panda y la carroza musical) y compañeros de fatigas como la banda de música de Salcedo, el grupo de Cabalería, malabraistas, percusionistas y bailarines árabes, las bandas "Os de algures" y "Airiños da Fracha", árboles y duendes de Navidad, el Yeti, laa charangas Apeles, Os Quintilláns y Charandonga, gigantes, camellos, pastores, juguetes, dragones, globadores imposibles, muñecos de nieve, cabezudos y zancudos saltarines.
Dos horas de recorrido que dejaron un rastro de confeti por el centro de la ciudad, interrumpieron el paso a los paseantes y compradores de última hora y dejaron a todos los asistentes con buen sabor de boca a la espera de hincarle el diente al tradicional Roscón de Reyes.