Los peritos corroboran la presencia de semen de un acusado de abusos en la ropa de la hija de su novia
Por Natalia Puga & Cristina Saiz
La Fiscalía ha reiterado este martes su acusación contra el vecino de Cambados Ramiro T.M. por un delito continuado de abusos sexuales con penetración del que la supuesta víctima es una menor hija de su antigua pareja y ha elevado a definitivas sus conclusiones iniciales, en las que pedía que fuese condenado a 12 años de prisión y se le prohibiese acercarse a menos de 500 metros de la menor o comunicarse con ella durante 15 años.
Este martes se retomó en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra el juicio contra Ramiro T.M. que había comenzado la semana pasada, pero no había podido finalizar al faltar la declaración de varios peritos. Tras la intervención de estos especialistas por videoconferencia, las partes realizaron sus conclusiones e informes finales y el caso ya ha quedado visto para sentencia.
Los peritos confirmaron los datos que ya se habían dado a conocer durante la primera sesión de la vista oral, que los investigadores de este caso localizaron en varias prendas de la menor restos de semen del acusado. En concreto, el perfil genético de Ramiro T.M. coincide con las manchas de esperma que aparecieron en unas bragas y las piezas de un pijama de la supuesta víctima.
La fiscal del caso, Carmen Novo, considera "suficientemente acreditados" los hechos y da total credibilidad a la declaración de la menor, que entonces tenía 12 años y ahora, con 15, declaró a puerta cerrada en la primera sesión del juicio en la Audiencia. Según ha explicado, su relato de lo sucedido se mantuvo desde la fase de instrucción de este procedimiento y contó cómo habían sido esos abusos sexuales con penetración, que ocurrían cuando ella se quedaba a solas con el que entonces era el novio de su madre en su casa de Cambados.
El acusado mantuvo una relación sentimental con la madre de la menor desde el año 2009 y desde finales de 2012 hasta abril de 2013 pasó varios fines de semana y las tardes de los martes con el procesado en su casa porque iba a montar a caballo. Mientras, su madre se quedaba en su casa de Pontevedra por motivos laborales. En esas ocasiones, encontrándose a solas, según el relato de la menor, abusó sexualmente de ella.
Según mantiene la fiscal, el acusado le decía a la víctima que "estuviera callada" acerca de las relaciones carnales, y realizó los hechos prevaliéndose de una situación de superioridad, por ser compañero sentimental de la madre de la víctima y por ser tratado como un padre por parte de la víctima y realizar los hechos cuando ambos estaban a solas en el domicilio del acusado. Frente a todas estas acusaciones, el hombre mantuvo su inocencia y explicó que su semen apareció en la ropa de la menor porque, tras mantener relaciones sexuales, solía limpiarse con la ropa sucia que tenía en una cesta al lado de la lavadora.
La menor sufrió estrés postraumático agudo y precisó terapia psicológica y asistencia sanitaria, pero no presenta trastornos y/o secuelas de carácter psiquiátrico/psicológico que afecten al desarrollo integral de la personalidad. La fiscal pide que el acusado la indemnice por el importe de las sesiones de terapia psicológica que haya precisado, así como 6.000 euros por el estrés después de producirse los hechos.