La polémica fiesta de fin de año de Vilagarcía cambia de lugar, pero el Concello amenaza con prohibirla
Por Redacción
La polémica fiesta de fin de año que se iba a celebrar en el local conocido como Tasca de la Marina ha encontrado una localización alternativa. Como anuncian sus organizadores, Port Party La Tasca, tendrá lugar en otro establecimiento hostelero de Vilagarcía, La Bohéme. Reconocen que "no es el local con mas fama de Vilagarcia pero sí es un buen local que va a estar cerrado para nosotros".
Aseguran que el aforo de la fiesta no superará las 200 personas. Garantizan "muy buena música y muy buen ambiente" y reconocen que el cambio del local les ha causado un importante perjuicio económico. En todo caso, piden a todos aquellos que compraron la entrada para la otra fiesta que confirmen si asistirán a esta nueva convocatoria.
Ahora queda por ver qué hará el Concello de Vilagarcía. Desde Ravella aseguran que "en ningún momento" recibió solicitud alguna para la celebración de esta fiesta, por tratarse de una concesión de la Autoridad Portuaria. De llegar tal petición, aseguran, "o Concello faría os informes precisos segundo a normativa da Xunta de Galicia". Recuerdan, en todo caso, que el plazo para hacerlo hace días que terminó y tampoco el arrendatario de las instalaciones tenía al día la correspondiente licencia municipal de actividad.
Ahora que ya tanto desde la Autoridad como del propio concesionario se anunció que esa fiesta no se llevará a cabo donde estaba prevista y que sus promotores afirman que están a buscar un local alternativo, el Concello quiere advertir que "é materialmente imposible tramitar administrativamente unha petición en tal sentido, a dous días do fin de ano".
Sea como sea, ante la inmediata celebración del fin de año y tras la polémica generada por esta fiesta, el Concello de Vilagarcía hace una llamada a la responsabilidad de los hosteleros, de los padres y de los asistentes a las fiestas previstas para que la noche del 31 transcurra con normalidad.
A los hosteleros, "porque como profesionais do sector deben cumprir unha serie de normas sobre horarios, seguridade e ruídos, entre outras". A los padres, dice el gobierno local "porque son responsables da educación dos seus fillos". Y a los asistentes de las fiestas, "porque deben observar unhas mínimas normas de urbanidade, xa que a liberdade de cada un acaba onde comeza a dos demais".
Como cada año, el Concello ha preparado un operativo de vigilancia y seguridad, pero para que todo transcurra con normalidad, como viene siendo habitual en los últimos años, "é preciso que todo o mundo poña algo da súa parte".