Es indudable la relación entre Pontevedra y el granate. Quizás ésta haya sido decisiva a la hora de elegir el nuevo diseño que luce desde este jueves en el cruce de las calles Benito Corbal y Daniel de la Sota. Pero para gustos hay colores.
De sorpresa los más madrugadores se han topado hoy con este problemático enclave cerrado al tráfico mientras varios operarios completaban el pintado llevado a cabo durante la noche y que impidió hasta el mediodía pasar por encima del pavimento. Ni coches ni peatones.
La solución elegida suscita diferentes opiniones, tantas como pontevedreses pasan por este cruce que por tercera vez y en apenas un año el Concello de Pontevedra se ha visto obligado a reparar.
La actuación llevada a cabo consistió en la retirada del último pavimento y su posterior asfaltado. De nuevo en el suelo se ha puesto la señal de zona residencial.
Durante las primeras horas todo iba bien, pero... la lluvia caida a media tarde reveló un nuevo problema: la pintura es ligeramente resbaladiza.