De aterrizar de emergencia en Barro a dormir en un hangar de Lugo ... en 31 horas
Por Natalia Puga & Mónica Patxot
Pasaban las 19.00 horas cuando la avioneta modelo Piper PA-28R-180 'Cherokee Arrow' sobrevoló una zona boscosa del lugar de Curro. Lo hizo 31 horas después de haber pasado por ese mismo lugar, pero en dirección contraria. Este domingo, apenas unos minutos después del mediodía, cuando el sol azotaba con intensidad sobre este pequeño bosque del municipio de Barro, su piloto aterrizó de emergencia sobre unos árboles tras sufrir una avería en el motor. Este lunes, cuando ya no quedaba rastro del día bajo la espesa mata de hojas, una grúa articulada la levantaba, ya desmontadas algunas de las piezas.
A bordo de ese mismo camión en el que se apoyaba la grúa pondría rumbo al hangar de Lugo en el que permanecerá custodiada hasta que los técnicos de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC) terminen de aclarar las causas de lo sucedido.
Los restos del aparatoso accidente fueron inspeccionados durante toda la mañana por un equipo de técnicos de la CIAIAC, dependiente del Ministerio de Fomento, que se desplazó ya el mismo domingo desde Madrid para realizar la investigación de campo. Mientras tanto, los cuatro heridos en el aterrizaje forzoso recibían novedades médicas. Tras el siniestro, dos fueron evacuados al Hospital Montecelo de Pontevedra, una al Hospital do Salnés y el piloto, el más grave, al Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela. Este domingo, los de Montecelo y Santiago fueron trasladados al Hospital Meixoeiro de Vigo y la herida más leve a Povisa, también en Vigo, de donde los cuatro son vecinos.
Es todavía pronto para que la CIAIAC emita una resolución sobre las causas del siniestro, pero por la mañana dieron por concluida la inspección ocular de la avioneta y del lugar del aterrizaje. Terminada esta fase inicial de la investigación, la avioneta ya pudo ser retirada del lugar, pero sus restos no podrán tocarse hasta que lo autorice la comisión. Mientras tanto, permanecerán en el aeródromo lucense tanto la estructura como el motor, que fue extraído de la base para su estudio.
Levantarla no resultó tan sencillo, al quedar encajada en una zona de difícil acceso, y técnicos de dos empresas especializadas trabajaron durante toda la tarde para desmontar las piezas, despejar las ramas de los árboles que podrían dificultar la tarea y finalmente levantarla y subirla al camión que la debía trasladar a su nuevo hangar. Todas las tareas estuvieron supervisadas por responsables del Gallaecia Air Club (al que pertenecen el piloto y el copiloto accidentados).
La avioneta había pasado la revisión técnica tan solo un día antes del accidente en el aeródromo de Rozas, en Lugo
Obdulio Iglesias, del aeroclub, explicó que la avioneta, cuya estructura tiene más de tres décadas de vida, había pasado la inspección técnica tan sólo un día antes del accidente. El mismo la trasladó el sábado desde el aeródromo de Rozas, en Lugo, tras superar la revisión. Considera prematura establecer las causas del siniestro, pero descarta que se debiese exclusivamente a una avería en el motor y asegura que "este tipo de sucesos sempre son causa dunha concatenación de factores".
El compañero del piloto accidentado defiende la pericia de este último, que tiene 25 años de experiencia, participó en competiciones deportivas y tiene muchas horas de vuelo tanto en la avioneta siniestrada como en otros aparatos. De hecho, asegura que "a velocidade do impacto do avión foi reducida, polo que apreciamos nos desperfectos e na zona" y eso solo es posible porque el piloto "fixo unha manobra de recollida, que é que reduce moito a velocidade xusto antes e é moi arriscada e difícil". De no haberla hecho, las consecuencia del aterrizaje habrían sido mucho más graves.
Según explicó, Sergio Lloves, el piloto, se puso en contacto con la torre para alertarle de que aterrizaría de emergencia en el polígono de Barro-Meis (y no en la autopista, como se difundió el domingo) y acabó aterrizando de forma forzosa en una zona boscosa paralela a la AP-9.
Desde la Secretaría de la CIAIAC indicaron que, al igual que con el resto de accidentes o incidentes graves investigados, la finalización de la investigación se publicará, lo antes posible, el informe final con las causas del accidente y posibles recomendaciones de seguridad. En este momento de la investigación se desconoce cuándo tendrán un informe, pero señalan que, a poder ser, estará en un plazo que no supere los doce meses, de manera conforme a la normativa aplicable.
El Juzgado de Instrucción número 1 de Caldas de Reis ha abierto diligencias de investigación en relación con este accidente, pero desde el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) señalaron este lunes que, hasta el momento, no hay novedades a nivel judicial. Además, sigue abierta una investigación abierta por la Guardia Civil de Pontevedra inmediatamente después del accidente.